
And all my senses are coming unglued
I was a lonely soul, I had nobody ‘till I met you.
But you, keeping me waiting, all of the time
What can I do?
It’s your life, and you can do what you wanna do.
Do what you like, but please don’t keep me waitin’
Please Bring me to Life

Capítulo 1. Sin él
He estado esperando este momento toda mi vida... He buscado, esperado, me he desesperado y cuando por fin te he encontrado nada está bien... nada me hace sentir bien... Ni las canciones, ni las fotografías, ni los recuerdos felices, tampoco el humo de los cigarrillos, ni siquiera el alcohol de los tragos... Nada...
Hoy me has rozado, has pasado delante de mí, pero no me has mirado, soy solo una más, solo una más de todas las chicas de la multitud, un rostro anónimo, una estúpida... Soy esa estúpida que tiembla cada vez que te ve, que espera impaciente al día siguiente para verte, aunque solo sea pasar delante de mí. Soy yo la que no puede parar de pensar en tí, y sin embargo no te conozco de nada...
Sé que tarde o temprano te irás y nunca volverás, que te perderé para siempre y que seguirás sin saber quien soy... Seguiré siendo la extraña de siempre... La tristeza volverá y yo esperaré a que vuelvas algún día, esperaré a que un milagro ocurra, mientras sigo imaginando que eres mío de verdad...
De nuevo me encontraba encerrada en mi cuarto pensando en aquello que había escrito tiempo atrás, pensando en el tipo al que iban dedicadas esas frases, en él, en su ojos azules y en su pelo rubio... Cerré los ojos de inmediato, no quería que él siguiera en mis pensamientos, no quería que el recuerdo siguiera haciéndome daño una vez más. De nuevo lo intenté, pero no lo conseguí, volvió a mi mente esta vez con más fuerza que antes, el dolor volvió a recorrerme por dentro, odiaba ese sentimiento en el pecho que casi no me dejaba respirar... Y a la vez me mantenía con vida...
Capítulo 2. Cerca y lejos
I am near you, you don't see me
Can you feel me? I'm closer than close
Does it hurt? Does it burn?
Do you know what you've lost?
Are you scared of the dark?
Ghost of love - The Rasmus
Otra vez lo mismo de siempre, odio mi jodida vida... Le odio a él, tan perfecto, tan hermoso, tan creído... Nunca me había enamorado de un chico como él, no me habían interesado nunca los chicos, nunca, hasta que llegó él... Y sólo he sufrido por su culpa, por él y por culpa de sus amigos...
De nuevo nos hemos rozado, pero solo de paso, como siempre, brazo con brazo, cazadora con cazadora, al bajar las escaleras, y mis piernas han comenzado a temblarme como siempre...
Sus amigos parecen notarlo, me miran con caras raras, y solo consiguen emparanoyarme más cada día. Mientras los otros parecen saber lo que me pasa con su amigo, él no hace más que estar con su novia cogidos de la mano...
A veces me mira, o al menos parece que sí lo hace, pero es como si mirara por detrás de mí todo el rato, y a mí su contacto me quema, me hace mirar al suelo por más que intente no hacerlo, todo me puede...
Luego, después de haber tenido sus ojos azules en los míos marrones, llego a casa, a mi cuarto y a su oscuridad, enciendo un cigarrillo y, mientras lo voy consumiendo poco a poco, cierro los ojos dejándome llevar por el recuerdo de sus ojos azules... Pero el momento mágico se acaba yendo por completo y vuelvo a sentirme sola en la oscuridad, sola y asustada...
Miro a mi alrededor aturdida, es imposible ver nada, la oscuridad en mi cuarto es absoluta...
Le quiero, pero no sé cómo hacérselo ver...
Capítulo 3. BJ
Your hazel green tint eyes
watching every move I make
and that feeling of doubt, it's erased.
I'll never feel alone again with you by my side.
you're the one, and in you I confide.
Warmness on the Soul - Avenged Sevenfold
Viajaban hacia otro país, ese día habían confirmado que iban a ir a dar una especie de charla a unos chicos que estudiaban arte. Se trasladaban con traductor ya que, como era lógico, no tenían mucho de de hablar español...
El viaje tanto para los dos hombres de ojos azules como para el de ojos verdes fue bastante largo y pensaban que era algo erróneo el trasladarse desde su querido Oakland a una ciudad española alejado de la mano de Dios para dar una charla a adolescentes, los cuales, seguramente, nunca habrían escuchado hablar de ellos tres. El de los ojos verdes era el que más estúpido le resultaba el plan, no era alho que le gustase mucho el ponerse delante de a saber cuántas adolescentes en celo que sólo le quería por su cara bonita, siempre era lo mismo y le hartaban ese tipo de chicas, pero lo que Billie Joe no sabía era lo que le iba a pasar ahí en España.
***
Hay varias maneras de mirar a alguien. Se puede mirar a las personas de abajo arriba, con admiración, o de arriba abajo, con desprecio, pero una vez la vida te ha enseñado unas cuantas lecciones importantes, se puede aprender a mirar a las personas a los ojos, de tú a tú.
Ghostgirl - El regreso
Yo nunca he mirado de ninguna forma ya que suelo mirar al suelo todo el rato, y cuando lo hago miro de arriba abajo. Harta de que a mí también me miraran con desprecio, como si fuera un escremento, un deseño social, soñaba con que algún día alguien me mirara a los ojos, como a un igual, y él, bueno ellos, lo hicieron desde el primer momento, no llevaban la palabra "desprecio" tatuada en la frente como todos los demás, no, ellos eran diferentes.
Como siempre, esa mañana iba en el autobús urbano hacia mi colegio, con mi mp-4 encencido y mirando el paisaje de la ciudad pasar ante mis ojos a gran velocidad. Iba sentada sola, sin nadie que se quisiera sentar a mi lado, de vez en cuando movía el cuello a algún lado diferente, pero por lo general no hacía nada más que escuchar a Avenged Sevenfold.
Las típicas niñatas de ocho, nueve años me miraban con superioridad mal disimulada, hablaban de mí pensando que no las escuchaba, pero el caso es que sí lo hacía, el auricular derecho estaba roto, y podía oír las conversaciones de todos los que iban conmigo en el autobús.
Una vez llegué a mi destino y fuera del autobús cogí uno de los cigarrillos de mi mochila y lo encendí metiéndomelo en la boca, aspiré e inspiré el humo varias veces hasta que llegué a la entrada del colegio. Toda la gente se volvió para mirarme, noté como sus ojos me recorrían de arriba abajo y a la vez sus sonrisas se hacían más grandes. No hice caso y me fui directa a las escaleras que daban a la sala donde se daban todas las charlas y como no donde hoy iban a ser la de los músicos de los cuales nunca antes había oído hablar.
No tardaron mucho en llegar, iban acompañados por la directora y otra persona que no conocía.
Un hombre vestido de negro pasó por mi lado rozándome un poco. Su pelo también era negro y se notaba un poco que era teñido.
Sus ojos verdes se posaron en los míos con detenimiento y sin quitar su mirada de mí hizo un guiño.
Su boca se ensanchó en una sonrisa. No era una sonrisa como la de los demás. Era una sonrisa de confidencialidad... De comprensión...
Capítulo 4. Ellos
Disarm me with your loneliness
HIM
Cuando abrieron la puerta y pasé por el lado de uno de ellos, alto, castaño y con ojos azules noté como su mirada se clavaba en mi espalda y oí como hablaba con el que momentos antes me había guiñado un ojo.
Dejé de sentirme observada y me senté al fondo del aula, sola, con mi fiel sombra, la única que nunca me abandonaba, la que siempre me acompañaba, fuera donde yo fuera estaba ahí, detrás mío.
Escuché toda la charla a penas con demasiado interés, los tres tipos hablaban de su música y sus proyectos a la vez que hacían unos cuantos chistes malos.
A lo único que le di importancia de todo lo que dijeron fue al nombre de uno de ellos, el más pequeño, Tré Cool, me entró risa y casi me ahogo... Mi gato se llamaba exactamente igual que él...
A la que tocó la alarma que indicaba el primer recreo de quince minutos los profesores nos dejaron salir unos minutos a la calle, yo no me moví de mi sitio, me quedé como estaba, quieta, callada y mirando al suelo. Nadie pareció notar mi presencia en la sala, era un poco menos que invisible, pero algún día llegaría a serlo como todo siguiera como hasta ahora. Me imaginé despareciendo del todo, como si nunca hubiera existido. A nadie le importaría demasiado, lo presentía... Aunque tal vez sí un poco mis padres y mi hermano, pero al final se acabarían olvidando de que yo había existido una vez muy lejana...
La charla duró algo como dos horas más, y cuando terminó, para mi sorpresa, nos dejaron ir a casa.
Una vez fuera el aire frío me dio en la cara produciéndome un escalofrío por todo el cuerpo. Me estremecí un poco, subí la cremallera de mi cazadora, me coloqué bien la mochila en la espalda y salí del recinto del colegio hacia la parada de autobús.
Ya sentada en el banco saqué un cigarrillo y me lo fumé mientras esperaba. Un coche negro bastante sucio y que hacía mucho ruido pasó delante de mis ojos, un tipo que sacaba la cabeza por la ventanilla a la vez que me gritaba:
- ¡Hey! ¡Neeenaaa!
El coche pitó y yo le saqué el dedo cabreada.
De nuevo un coché pitó con fuerza, era negro y pensé que era el mismo de antes, pero este no estaba nada sucio. Paró donde yo estaba y observé como una ventanilla se bajaba, cuando vi quien era me quedé paralizada por completo.

Capítulo 5. Compañía
Las personas entran o salen de nuestras vidas por toda clase de razones, la mayoría de ellas relacionadas con cómo racionamos nuestro tiempo. La diferencia entre hacer las cosas en el momento debido o no, entre hacer amigos o crearse problemas, es por lo general una cuestión de disposición. Estés muerto, vivo o a medio camino entre ambas cosas, no hay nada más inútil que estar en el lugar adecuado en el momento equivocado.
Ghostgirl - El regreso
- ¿Cómo te llamas? -preguntó el tipo castaño sin quitar sus ojos claros de los míos.
- Laura. Todo recto y luego a la izquierda -le indiqué al que conducía.
No tardamos mucho en llegar a mi casa. Era momento de decirles adiós, mas ellos no parecían creerlo así. El que se llamaba igual que mi gato me hizo prestarle atención.
- Sólo queríamos preguntarte algo.
- Mis padres no están en casa, podéis entrar a tomar algo si queréis.
Aceptaron.
Subí a casa con ellos pisándome los talones, observaban todo lo que les salía a la vista y hablaban de ello haciendo chistes.
Una vez dentro de casa mi gato salió a saludarme, intenté no decir su nombre en alto pero no pude ya que comenzó a gruñir a los tres músicos.
- Se llama como tú -comentó Mike pegándole una colleja al otro.
Billie Joe se rió en bajo.
Con ellos entramos a mi cuarto. De nuevo comenzaron a observar todo con curiosidad y riéndose de mis fotos con mis amigos del otro colegio.
Todo iba más que bien hasta que a Tré se le ocurrió mirar una hoja que había en mi mesa.

Capítulo 6. Metiéndose en mis cosas
Enamorarte de alguien que ni siquiera sabe que existes no es el fin del mundo. De hecho es todo lo contrario. Casi como entregar un examen que sabes que has cagado y, sin embargo, disponer de ese periodo de tiempo en el que todavía no te han dado la nota -la clase de alivio que te da no haber sido rechazado, aunque sabes muy bien lo que pasará al final -.
Ghostgirl - ¿Descanse en paz?
- No, Tré -le dije cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo.
- ¿Me dices a mí, o al gato?
- A tí, Frank.
- Ya demasiado tarde.
Le envié una mirada iracundo y me senté en mi cama apoyando mi cabeza en mis manos e intenté llorar, sin éxito.
- No es el fin del mundo.
- Ni siquiera sabe que existo -comenté con voz ahogada.
- ¿Quién es? -preguntó Mike.
- Debajo de la hoja hay una foto suya.
La estuvieron observando un rato y cuando la dejaron de nuevo encima de la mesa me miraron con una sonrisa que no supe identificar en un principio.
- Te ayudaremos a ligártelo -comentó el hombre de ojos verdes.
Abrí los míos todo lo grande que podía abrirlos y luego negué con la cabeza.
Momentos después, los tres músicos se pusieron a buscarme algo que ponerme al día siguiente para ir al colegio.

Capítulo 7. Las tornas van cambiando
You'd kill yourself for recognition,
kill yourself to never, ever stop
You broke another mirror
you're turning into something you are not.
High and Dry - Radiohead
Me coloqué la falda negra una vez más. No estaba acostumbrada a ella. Nunca antes la había usado y me hubiera negado a llevarla esa mañana si no fuera porque los músicos me habían dicho que él se iba a fijar en mí. Pero se fijaron más otras personas que él, precisamente. Otras personas como lo eran los inmaduros de los de mi clase, o eso era lo que pensé en ese momento.
Me sentía incómoda, todo el mundo me miraba, intenté que sus miradas, ahora babosas, no me ganaran mas no lo conseguí. Ni siquiera llegué al primer recreo. Es más, creo que no llegué ni a entrar en clase. Cogí mis cosas y salí del colegio con paso decidido. Nadie me detuvo, cosas de ser invisible para los ojos de los demás en el colegio incluso vestida de esa guisa.
Mientras iba andando hacia ningún lado exactamente noté como varias personas se giraban para observarme, todos eran tipos mayores que yo que me miraban como si fuera una especie de putita adolescente, me estaban dando asco.
Me había convertido en alguien quien yo no era, como esa canción de Radiohead que estaba escuchando mientras iba andando y mis lágrimas caían por mis ojos.

Capítulo 8. ¿Amigas?
Un amigo de verdad siempre está ahí, sin otra prioridad que la amistad misma. Contamos con nuestros amigos para que nos animen en los momentos bajos, para que nos pongan los pies en la tierra en los momentos de auforia, y lo que es más importante, para que estén ahí siempre que necesitemos algo, lo que sea.
Ghostgirl - El regreso
Había sido un error hacerles caso a los tres músicos, no debería haberme dejado convencer por ellos como una idiota, mas yo podía haberme negado a ello y no haber aceptado a llevar esa maldita ropa, ellos solo me habían dado una opinión, solo querían ayudar.
Cuando llegué a casa estaban ellos esperándome en la pequeña plaza de delante de mi casa, sonreían, pero al verme la cara de muerto que llevaba se lo pensaron mejor y dejaron de sonréir.
- ¿Pasa algo? -preguntó Billie observando las lágrimas que brillaban en mis mejillas.
- No pienso volver a vestirme así.
- No te ha visto -dijo Mike serio.
- No. Y por esto todos creen que soy una putilla -lloré más fuerte -. Ahora debo irme a encerrarme en mi cuarto a quemar esta ropa.
Me había vestido demasiado a lo puta y no me había mirado, tampoco me había mirado vistiendo como las demás, apartir de ese entonces iba a ir como a mí me gustaba, como yo era, si con eso no se fijaba en mí ya no iba a intentar nada más. Me había hartado de ser lo que no era.
A la mañana siguiente me planté en el colegio con mis pantalones negros, mi camiseta de rayas grises y mi chaqueta de cuero. Todos volvieron a observarme, pero menos que el día anterior. Ya me había acostumbrado a que lo hicieran, y esta vez era diferente, ya que era la primera en todo el año que vestía como yo era en realidad.
Una chica se acercó a mí en el recreo, vestía más o menos como yo, quitando que en su cuello llevaba un collar negro con chapas. Me observó a los ojos un momento y, a continuación, se sentó a mi lado.
- Hola, soy Sara -comentó.
- Yo Laura.
- Te he observado todo el año -me había venido a hablar una loca obsesionada conmigo, genial. Sin embargo cuando sonrió no parecía una loca -. Has sufrido muchos cambios, como si hicieras la metamorfosis. ¿Cuál es tu verdadero rostro?
De nuevo, genial. ¿Ahora resulatab que se estaba riendo de mí? ¿Todo esto era una idea del imbécil de Óscar? Pues siento desilusionarlo, hoy no ando con ganas de ninguna broma pesada de las de siempre. Pero no había nadie sospechoso alrededor, y noté como Sara esperaba mi contestación.
- Este es mi verdadero rostro... Como voy hoy...
- ¿Y cuál es la razón de tantos cambios? ¿Es Mat, verdad?
Abrí los ojos grande. ¿Tanto se me notaba? No, tenía que haber otra razón para todo esto, pero ¿cuál? No lo sabía.
- Tranquila tu secreto está a salvo conmigo. ¿Amigas? -y me tendió su mano delante de mí.
- Amigas -contesté tomándole la mano, pero todavía algo confusa e insegura con todo esto tan extraño.

Capítulo 9. A la mierda
Ahora puedo ver cómo todo
se hace pedazos ante mis ojos.
Ian Curtis
No sabía cómo mierda había llegado hasta este punto, y mucho menos por qué había llegado tan pronto a esta situación.
Si Sara no hubiera aparecido, y no me hubiera preguntado lo de Mat ahora no me estaría pasando esto, todo era culpa suya. La observé con los ojos con rabia, mas los de ella me hicieron darme cuenta de que no sabía que Jennifer estaba presente. Y ahora Mat se iba a enterar de que me gustaba.
- ¿Tú eras la tipa que le seguía todo el rato? -siguió atacando Jennifer -. La que me decía que veía en todas partes.
La miré intentando disimular mi asombro. Ahora resultaba que él sí que se había fijado en mí... Sonará raro, pero no estaba contenta con ello, no lo estaba porque ahora él se iba a dar cuenta de lo que me pasaba con él.
Fue entonces cuando oí su voz delante de mí, el cabezón de Jennifer impedía que le viera, pero sabía que era Mat por el tono de su voz.
- ¿Qué es lo que pasa? -volvió a repetir. Ya podía ver sus ojos azules sobre los míos, me sentí morir.
- Laura te tiene que confesar algo -comentó su novia señalándome con su dedo.
Mat me observó más detenidamente, sus ojos me miraban profundamente. Me puse más nerviosa aún de lo que ya lo estaba.

Capítulo 10. Mi confesión
El amor es una emoción demasiado fuerte como para ocultarla durante mucho tiempo. Niégalo y sufre las consecuencias. Admítelo y sufre las consecuencias. Destaparlo puede ser bochornoso o bien puede ser liberador. Y que sea una cosa u otra, son otros quienes lo determinan.
Tonya Hurley
No pude hacerlo, su mirada me quemaba y me producía dolor. Todo el mundo me estaba mirando y por eso no podía confesárselo, iba a ser demasiado bochornoso, estaba segura.
Me fui de ellos sin haber abierto la boca, entes de ver la mirada de disgusto de Mat, mirada que no había notado.
Me encerré en el baño de chicas en el momento en el cual mi móvil comenzó a sonar estruendosamente. Era Billie Joe, contesté sin apenas ganas de oír su voz.
- ¿Qué tal el día? -preguntó el músico inocentemente.
- Jennifer, la novia de Mat, sabe lo que siento por su novio.
- ¿Y?
- Me acusó de perseguirle delante de todo el colegio, él creo que sabe que me gusta -contesté hipando.
Alguien llamó a la puerta del baño donde yo estaba metida, reconocí la voz de Mat llamándome con insistencia, casi me da algo. Billie Joe pareció haberlo oído ya que me preguntó:
- ¿Quién llama así?
- Es él, quiere hablar conmigo, ¿qué le digo? -busco consejo.
- No digas poco en muchas palabras sino mucho en unas pocas -recita de memoria.
- Pitágoras -acierto.
- Suerte.
Abrí la puerta y asomé la cabeza por ella, estaba él solo. Me observaba y yo intenté que no se notara que había estado llorando, no lo conseguí y él quiso saber por qué había llorado. Por mi parte no aguanté su mirada, bajé la mía al suelo, me dieron ganas de salir corriendo, mas me quedé donde estaba. Mat cogió mi cara en una de sus manos y me hizo mirarle de nuevo.
- ¿Qué es lo que Jennifer quería que me dijeras?
- Yo... -no me salía. Quería decirlo pero no lo consigo. Las palabras se me amotonaron en mi cerebro queriendo salir. Es entonces cuando recuerdo lo que me había dicho Billie de pitágoras y me dispuse a decirle todo, mas sigo sin poder. Mat comenzó a impacientarse.
- Tú, ¿qué?
- Yo... No, no puedo decírtelo...
Mis lágrimas querían aflorar de nuevo, consiguiéndolo a duras penas, recorriéndome la mejilla y mojando la mano de Mat que seguía sujetándome la cara para que no la corriera.
No recuerdo muy bien cuando fue que se había acercado tanto a mí, su respiración iba tranquila, como si Mat hiciera esto siempre, como si fuera una rutina, en cambio, mi respiración va a mil por hora casi haciéndome daño en el pecho. Fue entonces cuando noté sus labios sobre los míos, ese fue el momento en el cual mi pulso se disparó, y mi calor corporal aumentó peligrosamente.
Mat se separó de mi al cabo de unos segundos, sonreía.
- Te quiero -dije por fin.
- Yo también a tí.

Capítulo 11. The end
¿Cómo saber si no es más que una fantasía o un sueño absurdo, un delirio producto de tu mente? No hay ensayos generales en la vida y aún menos en el amor.
Ghostgirl - ¿Descanse en paz?
Era increíble lo rápido que mi vida había cambiado desde que los de Green Day entraran en mi vida. Y no sé por qué pero tanto Sara como Mat parecían cosa de ellos tres.
Tampoco importaba si era o no gracias a ellos, lo que sí que importaba era que ahora todo estaba bien. Tenía nuevas amigas, Sara y Raquel, y un novia a quien no hace falta nombrar, para los despistados hablo de Mat.
Esa mañana estábamos sentados en uno de los bancos de la ciudad, todo el mundo se nos quedaba mirando a nada que hiciéramos o dijéramos, mas lo que ellos no sabían era que estábamos esperando a otras tres personas.
- Ya tardan, ¿no? -comentó Raquel algo nerviosa. Era la que más tarde se había intregado en nuestro grupo y era la única de nosotros cuatro que todavía no había visto a los músicos en persona.
- Tranquila, ya te acostumbrarás a sus tardanzas.
- Estos hombres... -dije pensativa y levantándome del banco -. ¿Alguien quiere que le compre algo?
- Yo, lo de siempre.
Asentí.
Tardé menos de cinco minutos en salir de la tienda de gominolas con mi paquete de cigarrillos, la bolsa con caramelos, y el sobre de peta-zetas de Sara, y cuando llegué a donde estaban mis amigos ya había aparecido los tres músicos.
A la que me coloqué al lado de Tré este me tocó el culo y luego pretendió darme un beso en los labios pero Mat se levantó de su sitio y salió corriendo intentando coger a Tré.
Los observé correr sonriendo como los demás hasta que el pobre Frank se tropezó con algo y cayó al suelo mi novio dejó de correr para ponerse a reír. Nosotros cinco nos acercamos a ver si Tré estaba bien también riéndonos de la caída tan tonta de nuestro amigo...
No hay más que contar...
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario