
As I stepped to the edge
Beyond the shadow of a doubt
With my conscience beating
Like a pulse of a drum
That hammers on and on
Until I reach the break of day.
As the sun beats down on
The halfway house
Has my conscience beating
The sound in my ear
The will to persevere
As I reach the break of day
When you lost all hope and excuses
And the cheapskates & the losers
Nothing’s left to cling onto
You got to Hold on to yourself.
A cry of hope
A plea for peace
And my conscience beating
It’s not what I want for
It’s all that I need
To reach the break of day
So I run to the edge
Beyond the shadows of a doubt
With my conscience bleeding
Here lies the truth
The lost treasures of my youth
As I hold on to the break of day.
When you lost all hope and excuses
And the cheapskates & the losers
Nothing’s left to cling onto
You got to Hold on to yourself.
When you lost all hope and excuses
And the cheapskates & the losers
Nothing’s left to cling onto
You got to Hold on to yourself.
Chapter 1.
Siempre me pasaba lo mismo, no había día que no me ocurriera. Me levanté con rapidez, me vestí y salí corriendo hacia el instituto. Mi hermana no estaba en casa, así que supuse que ya se había ido, no la culpé por no llamarme para que me levantara, siempre que lo hacía yo acababa gritándole…
Miré mi reloj de muñeca, ya no llegaba a primera clase, así que decidí andar despacio. Hacía calor y casi no andaba viento, me encantaba el tiempo que hacía en California, siempre cálido aunque fuera invierno… Divisé una mata de pelo largo y castaño que andaba delante de mí, era Billie Joe, mi mejor amigo. Le llamé con un simple silbido y él me esperó a que llegara a su lado, se le veía cara de dormido, era como si me estuviera mirando al espejo, yo tenía, seguramente, igual mala pinta que él.
- ¿Tú también llegas tarde? –me preguntó.
- Ahá.
- ¿Y tú hermana?
- No me ha despertado –contesté sin más.
Caminamos los dos juntos hacia el instituto, ya era como una rutina. No comentamos nada más durante el camino. Y cuando llegamos tocaba el timbre que indicaba el principio del cambio de clase. Miré a Bill una vez dentro, y él buscó el horario en la mochila, ninguno de los dos sabíamos qué clase nos tocaba ahora. Resultó matemática con la Señora Williams; era una profesora estirada que hacía todo lo posible por joder a Billie.
Entramos en el aula y todo el mundo ya estaba allí, sentados en sus correspondientes asientos. Billie y yo fuimos al nuestro. Jessica dijo algo acerca de mi pelo, sonreía irresistiblemente. Me pregunté si se me notaba que me gustaba, de seguro que sí…
- Cada vez tiene el culo más gordo, ¿no crees?
- Para mí está muy bien –dije y Billie me miró raro.
- ¿La Señora Williams?
- ¿Eh? ¡No! –grité y todos se giraron a mirarme. Bajé la voz -. Decía Jessica…
- Ya me estabas asustando.
Mar me dio un codazo, me había dado en las costillas y me había hecho daño. La miré cabreada por el golpe.
- Lo siento… -se disculpó.
- ¿Qué pasa?
- Tu hermano y su amigo…
- Billie –le acabé la frase.
- Eso… Llegan tarde.
- Ya… Mike se ha dormido –dije sin darle importancia al asunto.
Justo en ese momento entraron al aula, pasaron por nuestro lado pero no saludaron; vi como Mar me enviaba una mirada significativa cuando Jessica, la chica rubia gilipollas y prepotente del colegio, tonteaba con mi hermano. Noté como la sangre subía a mi cerebro con fuerza y como mi cuerpo comenzaba a temblarme.
- Como la vuelva a ver acercársele de nuevo le quito las extensiones.
Mar no comentó nada, no hacía falta, sabía que a mi amiga le gustaba Mike.
Un grito hizo que todos nos giráramos en redondo, mi hermano había sido el del grito.
Las siguientes horas se me hicieron eternas, Billie había desaparecido después del recreo y me había dejado solo. Así que tuve que aguantar las últimas horas al lado de un tipo que no me caía del todo bien.
Quedaba poco para que acabara ya la última clase, solo cinco minutos escasos los cuales se me hicieron eternos.
Luego de sonar el timbre de salida recogí todo en mi mochila y me dispuse a desaparecer por la puerta, entonces fue cuando la vi, estaba ahí parada en frente mío, sonreía, comenzó a acercarse, alguien se puso entre los dos, mi hermana Andrea.
- Mickey –me abrazó -. Veo que te has levantado.
- Eh… Sí, de eso quería hablar contigo.
Me cogió de la mano y tiró de mí con fuerza hacia la salida del colegio.
- ¿Dónde está Mar? –le pregunté al no verla cerca de nosotros como siempre solía estar.
- Se ha ido a su casa, venía su novio a por ella.
- Ah… -comenté sin más.
- ¡¿Qué le has dicho que tengo novio?! –me gritó Mar cuando se lo conté ensayando en casa de Rachel.
- Puede que se lo comentara, sí –dejó de tocar para acercarse a mí.
- ¿Y cuál fue su expresión?
Rachel revoleó los ojos.
- Ninguna… Lo siento.
- Bueno, sigamos tocando –dijo sentándose de nuevo en la batería.
Me encogí de hombros y continué cantando y tocando la guitarra.
A eso de las seis de la tarde me despedí de mis dos amigas y caminé en dirección al kiosco de Rodeo, siempre que acababa de ensayar me iba allí a comprar algo para comer mientras llegaba a casa. Esa tarde entré con mi guitarra a cuestas y me paré en seco, delante de mí estaba él, se dio la vuelta y me miró sonriendo.
Tranquila, Andrea. Es solo un chico, uno que está muy bueno y que es el mejor amigo de tu hermano, pero un chico de todas formas, pensé en mi interior cuando Billie se me acercó para saludarme.
- Hola, Andrea
- Ho-hola, Billie –le dije tartamudeando.
- ¿Vas a tu casa?
- Sí, ¿por?
- Yo iba hacia allí, ahora mismo.
Me coloqué en frente del que atendía, el chico me miró esperando a que pidiera lo que iba a comprar.
-Dame una coca-cola y una bolsa de esas –le di el dinero y él me dio las vueltas sin decirme nada más.
Miré a Billie, tragué saliva y salimos los dos juntos hacia la casa que yo compartía con mi hermano, vi que Billie llevaba una maleta verde en la mano, fui a preguntarle sobre ella en el mismo momento en el que el cantante me habló también.
-Vais a tocar, las chicas y tú, en el Gilman’s mañana, ¿verdad?
-Sí, pero no se lo digas a mi hermano.
-Descuida –me sonrió -. ¿Qué me ibas a decir?
Lo observé sin saber qué decir, y al cabo de unos segundos recordé lo de la maleta por el ruido que producían sus ruedas.
-¿Por qué llevas eso?
-¡Ah! ¿No te lo ha contado Dirnt?
-¿Dirnt? –le pregunté sin saber a qué se refería.
-Tu hermano… ¿No te lo ha contado Dirnt, tu hermano?
Negué con la cabeza. Que Mike me tenía que decir algo, esa era la primera noticia que tenía sobre ello.
-Me mudo con vosotros.
-De acuerdo…
No sabía qué más decir, seguimos andando ya que nos habíamos parado para hablar de esto último, no sabía si alegrarme o preocuparme del hecho de tener que vivir en el mismo techo que el chico que me encantaba.
Chapter 2.
Introduje la llave en la cerradura de la puerta de mi casa. Entramos Billie y yo. Mike se acercó a nosotros a saludarnos. Mi hermano estaba algo más contento de lo que nunca antes lo había visto.
- Hola –saludó -. ¿Qué tal el ensayo, hermanita?
- Genial, Mike.
- ¿Por qué estás tan contento, tío? –preguntó Billie que estaba tan alucinado como yo de la actitud de mi hermano para con nosotros dos.
- Viene Jessica a cenar.
Cerré las manos en dos puños al oír ese nombre. Un sentimiento de rabia me recorrió por dentro haciéndome daño, así que opté por desaparecer en mi cuarto para no gritar delante de Mike… Solo me faltaba eso, que llegara la puta rubia de mierda a joderme el día por completo con sus gilipolleces.
No entendía el qué le pasaba a mi hermana, ni por qué había ido a su cuarto al oír el nombre de Jessica. Billie me envió una mirada extrañada que no entendí.
- Si eran amigas el año pasado –comenté todavía algo flipado.
- Está claro que algo tuvo que pasar entre ellas dos –comentó mi amigo bastante pensativo -. ¿Cuál va a ser mi nuevo cuarto?
- El de al lado del de mi hermana.
Olí a quemado… Recordé que el horno estaba encendido, corrí hacia la cocina y lo apagué; una gran bocanada de humo negro inundó la cocina, comencé a toser sin poder controlarme. Miré el pollo, al menos se podía comer… Lo saqué y fue entonces cuando sonó el timbre de la puerta, fui a abrir, seguro que era Jessica.
Alguien picó mi puerta con insistencia.
- ¡Vete, Mike! –le grité, pero no hizo caso y entró de todos modos -. ¿No te he…?
Me callé de repente, era Billie e iba en pijama… Noté como me ponía algo roja, y bajé la mirada de inmediato.
- Acaba de llegar Jessica. Tu hermano dice…
- Me da igual lo que diga ese.
Se acercó a mi cama cerrando la puerta tras de sí. Se sentó conmigo y me quitó la guitarra de las manos dejándola a un lado.
- ¿Por qué odias a Jessica?
Lo miré haciendo como que no entendía de lo que me estaba hablando, no funcionó de todos modos.
- ¿Por qué no le decimos a Mike que no queremos cenar y tú me cuentas lo que pasa?
- Díselo tú, yo te espero aquí.
Billie entró al salón, se acercó a Jessica y a mí, y nos sonrió ampliamente.
- Tu hermana no se encuentra bien –me dijo.
Me levanté con intención de ir a ver qué le pasaba a Andrea, pero Billie me lo impidió agarrándome del brazo izquierdo.
- No te preocupes, yo me ocupo de ella –me dijo y yo le asentí.
- De acuerdo, Billie. Si necesitas algo…
- Lo cojo. Tú disfruta, Mike –dijo y se fue de nuevo dejándonos a Jess y a mí solos cenando.
Billie volvió al cabo de unos minutos, y me pilló tocando con todas mis fuerzas a Scattie, mi guitarra eléctrica. No comentó nada, solamente se volvió a sentar a mi lado y me miró mientras yo me descargaba de la tensión y de la rabia que sentía al pensar que mi hermano estaba en el comedor a solas con una zorra como lo era Jessica, mi ex mejor amiga… Cuando acabé y me sentí un poco mejor Billie me sonrió con alegría.
- ¿Ya mejor?
- Algo…
- Bueno… Cuéntame qué te pasó con Jessica –me pidió.
- Como todos sabéis, Jessica y yo fuimos amigas desde que éramos pequeñas hasta hace un tiempo. Jess cambió radicalmente, comenzó a vestir de rosa, a maquillarse como un payaso, y a insultar a todo aquel que no fuera como ella…
- Incluyéndote a ti… -dijo Billie.
- Sobre todo a mí –le corregí -. Me tiraba del pelo, me atacaba verbalmente, y un día hasta me quemó en el brazo.
Le enseñé la quemadura, Billie hizo una mueca de dolor. Continué hablando:
- El otro día la oí decir que se iba a enrollar con mi hermano. Solo para joderme y para separarlo de mí –terminé.
- ¿Qué podemos hacer? –me preguntó algo preocupado.
Negué con la cabeza varias veces seguidas.
- Nada, hasta que Mike no se dé cuenta de lo que pasa, no podemos hacer nada.
Nos quedamos en silencio. No sé cuánto tiempo estuvimos así: yo abrazando mis piernas y Billie mirando sus zapatillas de casa.
El cantante levantó la mirada, se le notaba algo preocupado.
- ¿Me voy, o prefieres que me quede? –preguntó algo sonrojado por su propuesta.
- Quédate, tarde o temprano esos dos se van a acostar, y no quiero estar sola cuando eso ocurra.
- Vale, pero apaga la luz, si Mike se entera de que estamos los dos juntos, me mata.
Apagué en el mismo momento en el cual comenzaron a oírse ruidos desde el otro lado de la casa. Comencé a medio llorar mientras me tapaba los oídos con las manos. Billie se acercó a mí tanteando en la oscuridad, me estremecí al sentir su contacto con mi cuerpo; nunca había tenido al guitarrista tan cerca… Un grito de Jessica hizo que recordara lo que estaba pasando entre mi hermano y ella.
-Quiero que esto acabe ya de una vez –dije medio lloriqueando, parecía una niña pequeña y asustada -. No quiero oír nada más.
-Tranquila –Billie me estaba abrazando con fuerza -. Todo esto se va a solucionar, no te preocupes. Estoy aquí…
El amigo de mi hermano comenzó a tararear una de sus canciones y acabó por ayudarme a relajarme del todo. El sueño comenzó a pesarme en los párpados y, al final, terminé por caer dormida en los brazos de Billie Joe.
Chapter 3.
Me desperté pronto, Jessica ya no estaba y me había dejado una nota disculpándose.
Salí de la cama y me vestí con lentitud. Entré al baño, me lavé la cara y me peiné. A continuación, fui a la habitación de mi hermana para ver si se encontraba mejor de lo de anoche. Pasé primero por el cuarto que ahora ocupaba Billie, la puerta estaba entreabierta, dentro no había nadie.
- WTF?!! –exclamé mientras abría la puerta de la siguiente habitación.
Me quedé paralizado, dentro de la cama de mi hermana había dos personas… Una especie de rabia recorrió cada milímetro de mi cuerpo, nunca antes la había sentido dentro de mí, era un sentimiento de rabia de difícil descripción. No aguanté más ahí, quieto, observándolos dormir, y me fui a la terraza, encendí un cigarrillo…
Abrí los ojos poco a poco, dejé que la luz del sol que entraba por la ventana me deslumbrara. Noté a alguien a mi lado, su mata de pelo rizado y castaño lo delató. Me moví sorprendida de ver a Billie en mi misma cama, y luego recordé lo que pasó la noche anterior…
El amigo de mi hermano levantó la cabeza y me observó tranquilamente, tenía una gran cara de dormido y el pelo le caía por ella de forma desordenada. Uno de sus mechones le caía tapándole un ojo, no lo pude evitar y se lo quité tranquilamente. Billie seguía abrazándome como la noche anterior. Ninguno de los dos hablamos durante un gran rato.
- ¿Estás mejor? –preguntó rompiendo el hielo.
Me encogí de hombros.
- Oye…
- ¿Sí?
- Nada –dijo poniéndose rojo.
- ¿Por qué te sonrojas? ¿Qué me ibas a decir?
- Nada. Déjalo correr.
- Billie Joe Armstrong, dímelo –le pedí poniéndome seria.
El cantante lo dudó un poco, y consiguió hacerme perder el interés por lo que me quería decir.
- Me gusta ser tu amigo –me dijo al cabo de diez largos segundos.
”Amigo… Si supieras lo que siento por ti, si tuvieras una pequeña idea de lo que me haces sentir tan solo con sonreírme… Seguramente ahora no me hubieras dicho lo de que te gusta ser mi amigo” pensé en mi interior.
Billie pasó la mano varias veces delante de mis ojos, me había quedado paralizada.
- Tenemos que ir a clase –me anunció, y yo asentí.
Billie se acercó a mí por detrás y me pegó un grito, me hizo estremecer. Lo miré enviándole una mirada asesina.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cómo que qué pasa? Has pasado la noche con mi hermana, ¿te parece normal?
- No ha pasado nada –se defendió -. Tu hermana me pidió que no me fuera. Tú estabas demasiado ocupado follándote a Jessica…
- Callaos los dos –Andrea hizo que Billie y yo nos giráramos -. Solo dormimos juntos, nada más, Mike.
- Más vale que solo pase eso entre vosotros dos, o si no…
- Si no, ¿qué? –se reveló Billie.
Tanto mi hermana como yo nos sorprendimos de la respuesta de Billie. Por mi parte, con eso, ya lo tenía todo claro, a mi amigo le gustaba mi hermana. No dije nada al respecto, era mejor dejarlo correr.
Sonreí de medio lado y preparé café. Cuando nos tomamos el desayuno fuimos los tres juntos al instituto.
- ¿¡Qué dormisteis juntos!? –gritó Mar en el recreo cuando le conté lo pasado en la noche.
- Sí, pero no hicimos nada. Billie solo me quiere como amiga. Mar…
- Dime.
- ¿Te gustaría venir a comer hoy a mi casa? –le pregunté esperanzada de que aceptara -. Mike ha invitado a la puta de Jessica y me gustaría que vinieras tú también.
Mi amiga se lo pensó un gran rato antes de asentir con la cabeza. Sonreí ampliamente.
- ¿Qué estás tramando?
- Ya lo verás, Mar, ya lo verás. Hola, Billie –saludé al recién llegado.
- Hola, Andrea –sonrió -. Mar…
- Billie… Os dejo solos.
Observé como mi mejor amiga me dejaba sola ante el tipo que me volvía completamente loca…
Billie se sentó a mi lado, se miró las converse con detenimiento. Me quería decir algo pero no se atrevía. Le hice mirarme, sus ojos verdes se posaron en los míos, aguanté su mirada a duras penas. Odiaba cuando me pasaba eso.
Billie por fin se atrevió a contarme lo que le preocupaba:
- Tú hermano me pone de los nervios.
- ¿Qué ha hecho ahora?
- No se separa de Jessica ni un puto minuto.
- Ya… Lo está consiguiendo –dije con rencor.
- Y también conmigo.
Me callé al instante, acababa de tocar el timbre que anunciaba el final de recreo. Billie y yo entramos juntos a nuestra clase. Me di cuenta de que Mar se había puesto con Rachel, me sonrieron pícaramente. Mike, por su parte, estaba con Jessica.
- Creo que tenemos que ponernos juntos –me dijo el cantante.
- Ya veo –contesté sin más mientras le seguía a nuestro nuevo sitio.
Me senté en el lado de la puerta de los laboratorios, el profesor de química hizo su aparición, Billie no le atendió pero yo sí lo hice, habló de unos trabajos para la Navidad, se puso a decir los nombres de las parejas. A mí me tocó con Billie, suspiré, ninguno de los dos íbamos a hacer nada, y los dos vivíamos en la misma casa. El cantante me sonrió tal vez pensando en lo mismo que yo.
Las siguientes clases también las pasé al lado de Billie, pero en la penúltima me preguntó si me las quería perder, asentí, de todas formas no íbamos a hacer nada si nos quedábamos. Le dije a Mar que luego volvíamos a por ella para ir juntos a casa para comer.
Chapter 4.
- ¿Dónde vamos ahora? -le pregunté a Billie.
- No lo sé -se rió con energía.
Comenzamos a andar de todos modos, sin ningún destino concreto. Nuestras manos se rozaban con el movimiento de nuestros cuerpos, no comenté nada, actué como si nada pasara.
Con Billie llegamos a un solitario parque. Nos sentamos en uno de los bancos del lugar; me abracé las piernas.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro -le contesté sonriendo a duras penas.
- Cómo sabe uno cuando está enamorado y cuando no.
Esa pregunta me pilló por sorpresa, abrí los ojos como dos platos y tragué saliva antes de contestarle con uno de mis largos e interminables monólogos.
- Bueno... no soy muy dada a este tipo de cosas... pero intentaré decirte lo que yo pienso que es estar enamorado y como saber si es cierto lo que sientes o solo es una falsa alarma más... Para mí estar enamorado no es, solamente, querer estar con esa persona, tampoco en decirle cosas bonitas a la persona que amas... lo tienes que sentir de verdad, y demostrarlo... Estar enamorado no es, solo, sentirte atraído por él o ella, amar es querer por encima de todo, no siempre es amor aquello de: esta chica me parece guapa, o estoy enamorado de ella porque está "buena", si piensas que eso es estar enamorado es que estás realmente equivocado.
"Yo creo que cuando, de verdad, estás enamorado de alguien no haces más que pensar en él o ella; vives y mueres porque sea feliz, y si le ves triste, tú también te entristeces... Desear de que llegue el día siguiente para poder verle, las piernas te tiemblan si le tienes cerca, tu corazón da un vuelco si pasa delante tuyo... Querer estar a su lado en los momentos difíciles, alegres o tristes, apoyarle cuando nadie más lo hace... hacerle sentir feliz, aunque tú te esté pudriendo por dentro...
"Eso es lo que pienso yo que es estar enamorado... Vivir por y para esa persona, y para nadie más...
No sabía donde mierda se habían metido mi hermana y mi mejor amigo, estuve buscándolos toda la mañana. Jessica me seguía a todas partes, y me ayudaba a buscarlos.
Cuando se acabó la mañana escolar me di por vencido, recogí mis cosas y me marché con mi novia a la calle. Mariana, la amiga de mi hermana, esperaba en la puerta del instituto. Le solté de la mano a Jessica.
- Jess, voy a ir a hablar con Mar, ¿te quedas o me esperas en casa? -le pregunté.
- Mejor voy a tu casa...
- Vale, ahí nos vemos.
Me dio un largo beso de despedida y luego se fue hacia mi casa.
Llegué al lado de la amiga de Andrea, y la saludé, ella no dijo nada, solamente me sonrió levemente poniéndose casi roja al instante.
- ¿Sabes dónde está mi hermana?
- Sí, se ha ido con Billie -dijo a duras penas.
- ¿Y dónde han ido?
- No, solo me ha dicho que vendrían luego a por mí. Andrea me ha invitado a comer con vosotros...
- Bueno, ya vendrán entonces -me senté en el suelo, Mar se quedó de pie a mi lado.
- ¿Así que tocas la batería en el grupo de mi hermana?
- Lo intento... Hoy tocamos en el Gilman's.
- Andrea no me había contado nada...
- Pensé que ya lo sabías... Me mata -dijo en bajo.
- No lo creo... Si no se queda sin batería...
Le sonreír levemente y conseguí que ella también lo hiciera, me caía bien...
Unos gritos hicieron que me levantara, eran mi hermana y Billie que venían a la carrera. Mariana fue hacia Andrea y le dije algo acerca de mí, no lo pude oir bien.
Billie, por su parte, no me miraba ni dijo nada, simplemente se quedó observando detenidamente como se reía Andrea delante nuestro. Lo miré en silencio, por como la observaba supe con certeza lo que había supuesto por la mañana.
- Ey, Billie -le dije en bajo -. Te gusta mi hermana, ¿cierto?
Me envió una mirada un tanto extraña. Le sonreír ampliamente.
- Vamos, admítelo. Mi hermana te pone, ¿verdad? Já. Lo sabía -comenté victorioso.
- Vale... Sí, puede que un poco...
- Vamos -le alenté.
- Sí, de acuerdo, lo admito, tu hermana me gusta y mucho, ¿contento?
- No... Cómo te acerques a ella... -volví a reírme.
Llegamos a mi casa, y entramos dentro, Jessica ya estaba allí. Mi novia nada más verme se me acercó para besarme y yo la detuve.
- Ahora no, hay público -le dije mordiéndome el labio inferior.
- Por mí como si te la tiras aquí mismo -contestó mi hermana cabreada y lléndose a su habitación. Mariana la siguió.
- ¿Qué mierda se supone que te pasa? -me preguntó mi amiga.
- Solamente que odio a esa puta zorra de mierda y sus... -me paré de repente -. WTF?!
- ¿Qué?
Sabía que Jessica se tenía algo entre manos; lo supe al ver que mi armario estaba desordenado, como si alguien hubiera estado husmeando en mis cosas, además me faltaba mi diario.
Sortée a Mar sin hacer caso a su pregunta y fui hacia donde estaban los demás.
- ¡Andie! -me llamó mi amiga -. ¡¿Qué m.ierda pasa ahora?!
Me abalancé encima de Jessica ahogándola con mis manos y gritándole de todo. Alguien, supuse que mi hermano, me separó de ella con gran esfuerzo.Luego comenzó a gritarme a mí.
- ¿¡Qué co.jones te pasa, ahora!?
- ¡Dame mi diario, sucia puta! -le grité a Jessica.
- Andie -seguí gritando -. ¡Andie!
- ¡¿QUÉ?!
- Vete a tu cuarto, no vas a comer hoy.
- ¿Quién te crees que eres?
- Tu hermano mayor, ¡vete! He dicho.
Me puse roja como un tomate y me fui a mi habitación a grandes zancadas.
Una vez en mi cuarto grité descargándome un poco, cogí a Scatty, puse el amplificador, lo subí a un buen volumen y comencé a tocar como una posesa. ¿Cómo se atrevía Mike a ponerme en ridículo delante de Jessica? Era mi hermano mayor, já, solo me llevaba dos meses, además, no era mi hermano de verdad. No tenía poder sobre mí. Sonreí ampliamente, dejé mi guitarra encima de la cama y salí a la cocina, Mike me miró mal, no le hice caso, me senté al lado de Billie.
- ¿No te he dicho que...? -comenzó, pero yo lo interrumpí de inmediato.
- No eres mi hermano mayor, así que no puedes castigarme, Michael.
Todos se quedaron con la boca abierta, no dijeron nada al respecto.
Chapter 5.
Acabamos de comer y a las siete menos cuarto fuimos hacia el Gilman's donde tocábamos esa noche. Mike no volvió a hablarme en todo el resto del día.
- Te has atrevido a plantarle cara -me dijo Mar levemente sorprendida.
- ¿Por qué no lo iba a hacer? ¿Dónde está Rachel?
Comencé a ponerme nerviosa y a dar vueltas por el camerino. Quedaban menos de cinco minutos para tocar y no teníamos bajista, si el dueño del bar se enteraba de que nos faltaba una, nos iba a matar.
- Tenemos que tocar sin ella -me anunció Mar.
- Pero...
- No hay tiempo, Andie. Es ahora o nunca.
- De acuerdo -acepté -. Pero como no venga luego, no responderé de mis actos el lunes.
Subimos al escenario, el local estaba lleno de gente, pude ver a mi hermano y sus amigos ahí, observándome. Tragué saliva. Comencé a cantar y Rachel todavía no había aparecido. Llegó el momento en el que entraba ella y... asombrosamente mi amiga hizo acto de presencia. La gente gritó aún más al verla aparecer.
- Luego os lo explico.
- Más te vale -le dije entre dientes antes de comenzar a cantar.
Vi como mi hermana salía al escenario y comenzaba a tocar la guitarra, lo hacía realmente bien, pero noté que estaba algo preocupada. Como si nada apareció otra chica más al escenario y Andrea se relajó. Luego comenzó a cantar. Su canción era pegadiza, tenía un buen comienzo y un gran estribillo lleno de fuerza. No supe apreciar qué era lo que hacía mejor, si cantar o tocar, opté por las dos cosas. Mar, por su parte, también lo hacía de maravilla, tocaba la batería con gran pasión y se notaba que le gustaba lo que hacía. Rachel no lo hacía nada mal en el bajo y en los coros. En general formaban un gran equipo.
Billie murmuraba todo el rato que nos iban a quitar el puesto y John le decía que era prácticamente imposible.
- La cantante tiene buena voz.
- Me encanta como toca, también... -oí que decían sobre mi hermana unos chabales que miraban el concierto.
- Está buena, también.
Me sonreí. Otro se hubiera cabreado con quien pensara eso de su hermana, pero a mí no me importó. Olvidé el cabreo de la mediodía y opté por gritar como todos cuando el grupo de Andrea acababa de tocar su canción.
- ¡Grenial, hermanita!
Observé cómo los chicos de antes me miraban y cuchicheaban entre ellos. Y luego desvié mi mirada a Billie que se había quedado embobado. Le di un codazo.
- Tierra llamando a Armstrong, ¿Billie, me recibes?
- Muy gracioso, Dirnt.
- Solo te digo que debemos tocar ahora en seguida -le dije sonriendo.
Me había gustado la experiencia; con Mar y Rachel gritamos como locas al entrar al camerino.
- ¿Has visto cómo te miraba BJ? -me preguntó Rachel poniéndome cejitas.
- No, no lo he visto... Vamos, quiero verlos tocar.
- Ya... "Verlos".
Mar y ella se rieron a carcajada limpia. Revoleé los ojos, no iba a entrar en su juego.
Cuando subimos para ir a la pista justo llegaban mi hermano y su grupo de música. Me sonrieron los tres.
- Genial concierto, Andie -me dijo John.
- Sí, genial hermanita.
- Gracias.
Pero a mí solo me interesaban las felicitaciones de Billie, quien miraba al suelo. Mi hermano le empujó hacia mí, y él me volvió a sonreír forzadamente, no entendía su actitud para conmigo.
- Genial concierto -comentó.
- Gracias...
Bajé a la pista después de habernos dedicado esas dos frases.
Billie comenzó a cantar como minutos antes yo lo había hecho. Su voz era perfecta para ese tipo de música, me gustaba como sonaba... Nada que ver con la voz infantil de Look for Love.
Noté como alguien no paraba de mirarme por detrás. Me di la vuelta, me topé con los ojos azules de David que me observaban con interés. Su pelo medio rubio ahora se veía negro, y sonreía enseñando su dentadura. En un tiempo me había enamorado locamente de él, pero ahora no lo estaba... o al menos eso era lo que creía... Se me acercó, era la primera vez que lo hacía sin sus amigotes detrás.
- Andrea -pronunció.
- ¿Te sabes mi nombre? -pregunté sarcásticamente.
- Claro...
- ¿Qué quieres?
- Hablar contigo, si quieres claro -dijo sonriéndome de nuevo.
Miré hacia donde estaban mi hermano, Billie y John, estaban a punto de acabar, así que acepté. Salimos los dos juntos hacia el parking. Fuera hacía frío, castañeé los dientes sin pretenderlo y David me puso su chaqueta.
- ¿Mejor? -preguntó.
- Sí, gracias. ¿De qué querías hablarme?
- Te he visto cantar y tocar la guitarra...
- ¿Y? -no pretendí sonar borde, pero lo hice de todos modos.
- Me encanta tu voz y eres muy buena con la guitarra -me dijo sinceramente.
Pero como era una bocazas, (y creo que lo sigo siendo) acabé por cagarla diciendo lo siguiente:
- ¿Es otra de tus estúpidas apuestas con tus amigos, verdad?
- ¿No puede ser uno amable sin tener que apostar con los amigos, o qué? -se había enfadado un poco.
- Recuerda aquella vez, cuando supiste que me gustabas, acabaste riéndote de mí con tus amigotes.
- Fui un idiota, ¿vale? No me di cuenta de lo que había hecho. Fue en segundo, Andrea, en segundo. Han pasado muchas cosas desde entonces, y por fin me he dado cuenta de lo idiota que fui.
- ¡Déjame en paz! -le pedí lléndome de él y devolviéndole su chaqueta.
- Te quiero, Andrea Pritchard.
Me paré en seco y me di media vuelta, lo que acababa de decir me había dejado K.O. ¿Había oido mal, o acababa de decir que me quería? Volví hacia donde estaba él, y le miré a los ojos azules.
- ¿Qué has dicho?
- Que te quiero, Andrea.
Me acerqué a escasos centímetros de él, le recorrí la cara con la mirada. Cerré los ojos instintivamente y me dejé llevar. Pero alguien hizo que los volviera a abrir, me di la vuelta inmediatamente, era Billie. El músico rompió a correr. Lo observé alejarse calle abajo. Miré a David, sus ojos me suplicaban que me quedara con él, pero mi corazón me pedía a gritos que corriera hacia Billie. Le di un beso a David en la mejilla y rompí a correr yo también.
Alcancé al cantante a la altura de mi calle, corrí más deprisa mientras gritaba su nombre, él aceleró y yo hice lo mismo. Casi lo tenía, alcé un brazo hacia él, y cuando estaba encima un coché frenó de repente y me hizo pararme un segundo, mi corazón latió aún más rápido por el susto. Me disculpé con la mano y volví a correr; de nuevo le estaba cogiendo, fue entonces cuando se me ocurrió, pegué un salto e hice que los dos cayeramos al suelo, yo encima de él. Billie me miró algo flipado.
- ¿Qué m.ierda pasa ahora? -preguntó demasiado molesto.
- ¿Por qué has reaccionado de esa forma?
- Si te quitas de encima te lo cuento.
Me levanté y él hizo lo mismo. Me miró a los ojos.
- Ya me he quitado...
- Lo sé -dijo antes de acercarse un poco,
- ¿Y? -pude decir a duras penas, estaba demasiado cerca y un cosquilleo en el estómago me pidió a gritos que le besara.
Billie no dijo nada más, me cogió de la cintura con cariño y me acercó a él otro poco más. Aguantó mi mirada durante una fracción de segundo y, a continuación, se inclinó buscando mis labios. Nos besamos. Era el primer beso que me daban nunca. Fue cálido, suave, y a la vez sincero y tierno... El momento que tantas veces había soñado de distintas formas se había hecho realidad y era mucho mejor de lo que jamás hubiera podido imaginar.
Chapter 6.
Un carraspeo nos hizo separar, era mi hermano. Ambos, Billie y yo, bajamos la mirada al piso. Mike parecía sonreír encantado.
- Yo me voy a la cama, necesito descansar -dijo Billie entrando a la casa.
Lo observé desaparecer sin saber qué decir. Mike me miró interesado y sin borrar su sonrisa de los labios. Le devolví la mirada algo confusa.
- No digas nada -le pedí.
- No lo iba a hacer.
- Más te vale.
Me fui a mi habitación como lo había hecho Billie. Encendí la luz y pegué un bote, el cantante estaba dentro. Se acercó a donde yo estaba. Cuando ya lo tenía casi encima bajé la mirada al piso. Me dio un suave beso en los labios y se fue de la habitación. Me volteé cuando oí la puerta cerrarse, me acerqué a ella, volví a darme la vuelta y me apoyé lentamente. Suspiré.
Decidí entrar en casa ya que hacía demasiado frío fuera. No había rastro ni de mi hermana ni de Billie. Me metí en mi cuarto, me desnudé quedándome solo con los bóxers y me tumbé entre las sábanas. Suspiré. Me coloqué mirando el techo. Había sido un día muy extraño, tanto por lo del diario de mi hermana, los conciertos, el beso de Billie con Andrea y mis conversaciones con Mar y Jessica... Algo me decía que era un error estar saliendo con Jess, pero era algo que había deseado desde hacía muchos años y por un simple presentimiento y un posible enamoramiento hacia la mejor amiga de mi hermana no me iba a cambiar la vida... ¿o sí? ¿Qué significaba ese sentimiento que me decía que Jessica no me quería? ¿Y ese otro que me decía que Mariana era la mujer de mi vida?
Di media vuelta en la cama... Intenté dormir pero no lo conseguí hasta al cabo de media hora despierto.
Estuve toda la noche dándole vueltas a la cabeza, no sabía qué hacer; por un lado estaba David, era un año mayor que yo, me gustaba desde siempre, pero nunca me había hecho caso, con sus amigos solía reírse de mí y más aún cuando descubrieron que David me gustaba... y ahora me hacía caso, sí, pero no de la forma que me hubiera gustado, solo porque tocaba la guitarra y cantaba en un grupo de música... Y por el otro lado estaba Billie Joe, tenía la misma edad que yo, me gustaba desde que se hizo el mejor amigo de mi hermano, siempre se había portado de maravilla conmigo, cuando Mike no podía ayudarme se encargaba él de todo... y desde que había venido a vivir con nosotros dos se escapaba conmigo por las mañanas, hasta durmió conmigo la noche que Mike y Jessica se acostaron juntos, me había abrazado, acunado, había sentido su cuerpo sobre el mío, y encima nos habíamos besado...
A la mañana siguiente me desperté temprano, me vestí y salí a la cocina a desayunar, Mike ya estaba allí, me sonrió y me dio una taza con café, le di las gracias y me disculpé por mi comportamiento del día anterior, me aceptó las disculpas todavía sonriéndome.
- Te noto extraño -le comenté mirándole a los ojos.
- Puede... No lo sé. ¿Qué tal tú?
- ¿Yo? -pregunté sin entender.
- ¿Qué tal con Billie?
- No lo sé, Mike... Estoy confusa.
- A él le pasa lo mismo... Se ha ido a andar -me comentó bebiendo un poco de su taza de café.
- Yo iba a hacer lo mismo. -Contesté levantándome.
- Hoy no como aquí... Así que no discutais.
No dije nada.
- David preguntó por tí, ha dicho que te espera en el parque de Rodeo -me dijo algo serio.
- Voy a ver qué quiere.
Salí de la cocina con rapidez, cogí las llaves de casa y me dispuse a salir a la calle. Mike miraba desde el marco de la puerta del salón, me llamó.
- ¿Sí?
- Ten cuidado -fue lo único que añadió.
- Disculpa...
Desaparecí por la puerta dirección al parque de Rodeo donde me esperaba David. A ver si viéndole de nuevo se me aclaraban un poco las cosas.
Como Mike me había dicho ahí estaba, sentado en uno de los bancos del parque. Los rayos del sol le daban en la cabeza y su pelo rubio se hacía más evidente que por la noche, me dieron ganas de revolvérselo y meter mis manos dentro de la mata, no era la primera vez que me pasaba, me ocurrió la vez que lo vi por primera en mi vida.
David cuando me vio llegar me llamó con las manos. Yo tragué saliva y me acerqué donde él estaba. Me senté a su lado, sin comentar nada, tenía la boca pastosa y no podía casi ni hablar.
- Pensaba que tu hermano no te iba a decir donde yo estaba -dijo cuando me senté.
- Ya...
- Andre... yo.
Conseguí mirarle a los ojos a duras penas, mi cuerpo temblaba.
- ¿Estás bien? -preguntó al notar mi temblor.
- Sí, es que... estoy algo nerviosa.
- No lo estés... No te voy a hacer nada.
- No es eso... Es que me pones nerviosa.
- ¿Por?
Seguí mirándole a los ojos, su contacto me hacía algo de daño y me instaba a bajar la mirada... yo no la bajé.
- ¿Por qué me has llamado?
- Necesitaba verte... -me dijo cogiéndome de las manos. Unas pequeñas cosquillas cruzaron la boca de mi estómago -. Sé que es demasiado tarde... Pero necesito decirte lo que siento... No puedo más, Andie... Te quiero desde el momento en que te ví, sé que no lo he demostrado demasiado, pero es que tenía miedo...
- David... -le interrumpí -. No digas más, por favor...
Me miró extrañado, yo no le solté las manos, me gustaba esa sensación el estómago.
Por fin, el deseo de enredar mis manos con su pelo se hizo realidad. David se había acercado y me había besado intensamente instantes después. El beso no fue como el que Billie me había dado, este no era suave y tierno, más bien todo lo contrario, pero también me gustó... Demasiado, incluso.
Chapter 7.
Me despedí de David y volví a casa, Billie ya había llegado, cuando me vio llegar no comento ni dijo nada. En la comida tampoco habló y me estaba empezando a poner nerviosa que no dijera nada. Pero los dos éramos orgullosos y por eso ninguno de los dos quisimos empezar a hablar primero. Y cuando al final decidimos hablar lo hicimos a la para.
- Perdón, ¿qué querías? -me preguntó Billie.
- Te iba a preguntar por qué no hablas.
- Te he visto con David en el parque -contestó al cabo de unos minutos en silencio y mirándose las manos.
- Lo siento mucho, Billie...
- ¿Le quieres? -preguntó dejándome sorprendida y con la boca entre abierta.
- ¿Qué, qué?
- ¿Quieres a David después de que te hiciera aquello?
- Sí, le quiero...
Estaba algo avergonzada, y me costaba hablar de esas cosas con Billie después de habernos besado la noche anterior y no haberlo elegido a él. Me costaba mirarle a los ojos después de lo que le había hecho, tenía miedo de ver el dolor que todo esto le había causado al mejor amigo de mi hermano.
Billie Joe se quedó callado unos minutos más, aún mirándose las manos.
- Pues si le quieres lo acepto.
- Billie, ¿los dices en serio? -no me lo acababa de creer del todo.
- ¿Recuerdas lo que me dijiste en el parque? -asentí despacio -. Te quiero, pero le has elegido a él y lo acepto, quiero que seas feliz.
- Gracias por entenderlo.
- Pero, ¿seguimos siendo amigos, no?
- Claro, Billie. Te quiero demasiado...
Comenzaba a aburrirme mi relación con Jessica, me aburría hacer todo el rato lo mismo, y me aburría el simple echo de que pretendiera estar todo el rato conmigo, sin dejarme tiempo para estar con mi hermana.
Solo llevábamos juntos unos pocos días y ya me daba la sensación de que no me quería como me había dicho cuando empezamos la relación. Era una sensación extraña difícil de explicar.
- Mike, ¿me estás escuchando?
- Hum... ¿qué? -exclamé ido.
- Si te gustaría venir conmigo la semana que viene a Los Angeles.
- Me lo pienso y el viernes te digo -le sonreí sin ganas.
Parecía que me había leido el pensamiento acerca de que quería estar todo el rato conmigo...
Una vez terminamos de dar un pequeño paseo por el parque de Rodeo volvimos cada uno a nuestra casa. Al llegar a la mía solo estaba Billie, no había rastro de mi hermanastra. Noté que algo malo había pasado ya que Bill se veía triste. Le pregunté por su cara larga, y solo me contestó una única palabra:
- Andrea.
Me senté a su lado en el sofá.
- ¿Qué pasa con ella?
- Está saliendo con ese... David -se le notaba picado.
- Bill... Yo pensé que ella te elegiría a tí -le dije alucinando por lo que me acababa de comunicar.
- Y yo... pero veo que he perdido.
- Lo siento de verdad... Pero sabes que la vida da muchas vueltas, no está todo perdido. Ten esperanza.
- Gracias por los ánimos, Mike -dijo todavía resentido pero algo más calmado.
- Venga. Hagamos algo esta noche para que te olvides de tus penas. He oído que John da una fiesta.
- No me apetece mucho la...
- Venga... -le interrumpí -. Necesitas relajarte un poco.
La conversación con Billie me había dejado en estado de shock y estube pensando en ello todo el rato que estube con Mar y Rachel. Mis dos amigas no comentaban nada acerca de mi actitud y yo se lo agradecía con mi silencio. Pero como todo acaba, la paciencia de las dos chicas se agotó al paso de media hora de mi silencio sepulcral. Rachel fue la que me preguntó primero.
- Pensaba en Billie -contesté algo avergonzada.
- Como no. Pero cuenta, cuenta. ¿Qué ha pasado esta vez con Bill, the hot guy?
- Nada... Eso es lo que pasa. No pasa nada entre nosotros dos, y hoy... esto... -me quedé pillada.
- ¡¿Qué?! -exclamó Rachel interesada.
- Que he comenzado una relación con David, y Bill...
- ¡¿Qué?! -volvió a exclamar Rachel.
- ¿He oído mal, o has dicho que estás con David, el son of a bitch? -preguntó Mar alucinando como Rachel.
- Estoy con él, y no lo vuelvas a llamar así.
- Perdón, pero es que no puedo creerlo, Andie. Hace unos días te morías por Billie Joe, y hoy estás con el chico que te jodió la vida cuando descubrió que te gustaba.
- Te llamó porque pensaba que eras freaky y fea.
- La gente cambia a veces, ¿recordáis?
- Ya...
No se las veía demasidao convencidas pero a mí me daba igual lo que ellas pensaran de mi primer novio.
- Además, sus amigos los heavies te miraban todo el rato riéndose.
- Que ya me he enterado -les corté-. Y pienso darle una oportunidad, ¿de acuerdo?
- Vale...
- Se acabó el tema.
Chapter 8.
Dejé a mis dos amigas, seguramente, poniendo verde a David. Ya les había dejado bien claro lo que yo pensaba sobre el tema.
Llegué a casa de David y fue él el que me abrió la puerta, nada más verme me besó, se me notó algo extraño, pero ya me acostumbraría...
- Te he echado de menos -me dijo volviéndome a besar.
- Solo llevamos medio día separados...
- Lo sé -contestó sonriendo -. ¿Qué tal la comida con BJ?
- Pues podría haber ido mejor, la verdad.
- ¿Qué ha pasado pues?
- Está resentido porque te he elegido a tí -le contesté mirándome las manos, David me las cogió.
- ¿Crees que lo superará?
- Eso espero -contesté suspirando.
Entramos en la casa, sentados en el sofá estaban su mejor amigo y la novia de este, se estaban besando. David se acercó a ellos y les hizo separarse. Los dos nos enviaron una mirada asesina, ellos no me caían bien y yo a ellos tampoco. Parecieron disgustados de verme allí. No le di demasiada importancia.
- David, ¿puedo hablar un momento contigo? -le preguntó la chica, él asintió, me dio un beso y se fue con ella.
El amigo, Liam, creo que se llamaba, observó con recelo como nuestros respectivos novios salían del salón, seguramente por el hecho de habernos dejado solos. No habló si no llega a ser por mí que le pregunté qué pasaba.
- ¿Es por mí, verdad?
- Puede ser, pero no le des demasiada importancia.
La voz de su novia resonó en el pasillo, por el tono que había usado supuse que estaba cabreada con algo que en la siguiente frase explicaba todavía con ese tono de voz.
- ¿Has dejado a Helen por ella?
La respuesta de David no se oyó.
- Se pasa el día llorando y no sale de casa... -volvió a hablar la chica.
- Ella se lo ha buscado. Ya no siento nada por ella. Lo siento mucho.
Se estaban acercando al salón y al cabo de unos pocos segundos ya estaban con Liam y conmigo. La novia de Liam cogió su abrigo de una silla y le dio el suyo a su novio mientras seguía gritándole a David.
- Te arrepentirás.
Y ella y Liam se fueron de la casa. Mi novio estaba rojo por la conversación con la chica que no sabía como se llamaba. David se sentó en el sofá algo decaido, lo abracé para que se tranquilizara un poco, lo conseguí a duras penas.
- ¿Qué ha pasado? -le pregunté aunque me lo podía imaginar.
- Helen, mi antigua novia no ha superado que la haya dejado y ha mandado a Rose y a Liam a hablar conmigo.
- ¿La sigues queriendo?
- No, después de que me usara, no -contestó mirándome profundamente a los ojos.
Le cogí las manos con fuerza, no lo quería volver a ver triste, y él me sonrió con cariño. Me acerqué a él y le besé con necesidad, eso nos mantuvo ocupados durante un largo periodo de tiempo. Seguimos así pegados el uno con el otro más de treinta segundos.
- Te quiero -me dijo David en un momento de la tarde.
- Yo a tí, también, lo sabes...
- Oye...
- Dime.
- Mis padres no vienen hasta el lunes, ¿te gustaría...? -se calló de repente ruborizándose un poco bastante -, ¿quedarte esta noche en casa?
- Claro -me entusiasmó la idea -. Pero sin hacer nada, ¿de acuerdo?
- No hasta que tú no estés preparada para ello.
Hubo un pequeño momento de silencio entre los dos que fue ocupado por uno de nuestros besos.
- Hacía tiempo que no decía eso -comentó sonriendo.
- Te parecerá una idiotez, pero siento que todavía no estoy preparada para dar ese paso. Llevamos juntos solo medio día y, como es mi primera relación, no me siento tan segura...
- No te preocupes, en serio, no me importa. Yo no solo te quiero para eso -me aseguró sonriendo -. Solo quería pasar la noche en tu compañía.
- Gracias por entenderlo.
Le sonreí también y le volví a besar esta vez más tiempo.
- Gracias a tí por como eres...
Me reí con ganas y con alegría, David se me quedó mirando con cara de asombro, parecía alucinar por mi última reacción.
- Eres idiota -repuse sin dejar de reír.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque haces que me ponga nerviosa y porque nunca nadie me había dicho eso con esa cara.
- No entiendo.
- No intentes entenderme. Ni siquiera yo me entiendo a mí misma -me reí y esta vez David me siguió la risa, esa fue la primera vez que lo había visto reír y me gustó bastante.
Iba a ser una gran noche...
Chapter 9.
Con Billie fuimos a lo de John, nuestro baterista, que, como yo había dicho, hacía una fiesta en su casa. Las fiestas de John solían estar abarrotadas de gente de todo tipom bebidas por todas partes, parejas metiéndose mano allí donde pillaban y música de esa que no tenía apenas letra y que repetía todo el rato la misma base, alguna que otra canción de rap, sacada de los CDs de su hermana Rachel -no la amiga de mi hermanastra, otra Rachel -que solía escuchar esa mierda.
Cuando entramos por la puerta de entrada de lo de John la música que afuera se escuchaba algo distorsionada ahora se escuchó con más fuerza en mis oídos. John se disculpó con una sonrisa y se fue a por bebidas para Billie y para mí. Mientras esperábamos a que el baterista volviera, mi hermana llegó donde estábamos nosotros. Nos sonrió ampliamente, yo no me la esperaba encontrar esa noche. Le tube que sonreír yo también a duras penas y mayoritariamente por obligación. En cambio Billie no sonreía en absoluto.
- ¿Cómo así estás aquí? -le pregunté a Andrea dejando de sonreír.
- David quería venir, y pues no le iba a discutir. ¿Vosotros?
- Para relajarnos un poco, como Joh... -no pude terminar la frase ya que David apareció y abrazó a mi hermanastra por detrás.
- Hola, Mike -me saludó tendiéndome la mano todavía abrazado a Andrea.
- David. Cuida a mi hermana, y que no beba mucho.
- Descuida. Billie -la mano de David se quedó en el aire.
Mi mejor amigo no se la estrechó. Así que el novio de mi hermana la bajó inmediatamente.
- Andie, estoy atrás -se despidió de ella besándola, y luego nos dijo adiós a Billie y a mí. Billie apartó la mirada cuando lo dijo.
- Bueno, me voy. Esta noche no voy a casa, me quedo en lo de David. Os quiero.
La observé marcharse hacia donde su novio había desaparecido. En su lugar apareció John con dos vasos rojos con cerveza. Le tendió uno a Billie y éste se fue de nuestro lado sin decir nada. Al Sobrante me miró extrañado y yo puse cara de circunstancias encogiéndome de hombros.
- ¿Ha pasado algo?
- Billie y el amor -contesté cogiendo uno de los vasos rojos.
- No te entiendo...
- ¿Recuerdas que Billie admitió que le gustaba mi hermana? -John asintió despacio -. Pues Andrea está saliendo con David y Billie está de morros.
- Pobre hombre -comentó el batería bebiendo un poco del otro vaso rojo -. ¿Y qué propones que hagamos?
- ¿De qué?
- Siempre encuentras una solución a los problemas de Billie... ¿Este la tiene? ¿Tiene solución?
Lo miré con cara de circunstancias de nuevo. Era verdad que siempre que algo le pasaba a Billie, fuera lo que fuese, me pedía consejo a mí y yo buscaba una buena solución al problema. Pero esta vez no podía volver a ayudarle, esta vez entraba también mi hermana en el juego, y no pensaba joderle a ella algo que había estado deseando hacía tropecientos años para que mi mejor amigo fuera feliz. Esta vez yo no iba a ser quien le sacara las castañas del fuego.
- Soluciones, haberlas las hay, a porrones. Pero esta vez no seré yo quien se las de.
- Porque está tu hermana de por medio, ¿no?
Asentí algo cansado.
- Pero yo no tengo a Andrea de hermana.
- No te entiendo.
- ¿Cuáles son las soluciones, Mike? ¿Qué Billie salga con otra? o ¿que siga luchando por el amor de tu hermana? -preguntó como si me acabara de leer el pensamiento.
Entonces lo vi claro. La solución más correcta la tenía justo detrás nuestro.
- Ya no hace falta, mira -le señalé a John lo que acababa de ver.
- Joder con nuestro cantante...
Billie Joe había optado por nuestra primera opción por sí solo. Su acompañante era una chica todo lo contrario que mi hermana. Era Christina, la segunda chica más zorra de las de mi clase, era rubia (teñida, por cierto), tetona, más bien bajita, con el culo en pompa y de ojos azules. Cómo no, era una de las tantas ex novias de Finn (David), y solo podía querer estar con Billie por una única cosa, aprovecharse de él y tirárselo cuando ya no podía sacarle más, para luego dejarlo tirado como un perro, malherido, poniendo como excusa estúpida que no es tan popular como en el principio.
No daba crédito a lo que veían mis ojos. Tuve que quitar la vista deprisa. Y todo lo que vi, a continuación, fue a mi hermana y a David saliendo de la casa de John abrazados y demasiado pegados el uno con el otro.
Chapter 1O.
La noche en casa de David pasó sin ningún acontecimiento de importancia. O al menos que yo recuerde, claro. Ahora me duele la cabeza con fuerza y la boca está pastosa, pero nada del otro mundo. Siempre que bebía me pasaba lo mismo, y solía beber casi todos los fines de semana, así que ya todo esto era como una rutina del domingo por la mañana.
Noté como David se movía a mi lado, seguramente en sueños. Abrí los ojos y vi que me estaba abrazando por la espalda. Me giré y fui yo quien le abrazó a él. Mi novio no pareció notarlo. Sonreí con alegría, el sol le daba en el pelo y lo hacía brillar de forma algo intensa.
David seguía con los ojos cerrados, se le veía tan mono durmiendo... Me hizo recordar a Billie aquel día que Mike y Jessica se habían acostado, estábamos de la misma forma. Un extraño escalofrío recorrió mi espalda al acordarme de Billie. Agité la cabeza para quitarme esa imagen de la mente y eso hizo que David abriera los ojos de repente. A continuación, mi novio sonrió, me saludó en bajo y me besó suavemente en los labios mientras rodeaba la cintura con sus brazos.
- ¿Qué quieres que hagamos hoy? -me preguntó.
- Yo pensaba ir a mi casa a estudiar...
Se quedó pensativo durante unos segundos.
- Y sí, vamos a tu casa, coges la mochila, ropa limpia, el pijama y te quedas hoy también a dormir -preguntó volviendo a sonreírme.
- Vale.
Desayunamos únicamente un vaso de café y fuimos a mi casa. Estuvimos todo el camino de la mano. David llevaba unos guantes de esos de vagabundo, con la parte de los dedos cortada y mi mano estaba libre. La tela de los guantes de David estaba descosida, se notaba que los había usado mucho, y los hilos sueltos se enredaban en mis dedos.
Cuando llegamos a casa me solté de mi novio, y llamé al timbre con insistencia, se me había olvidado mis llaves dentro en mi cuarto. Fue Mike quien nos abrió la puerta. Lo saludé y le conté a qué habíamos ido. Me asintió y yo fui a mi cuarto a por las cosas. Una vez dentro, cerrado la puerta y dado la vuelta pegué un salto: Billie Joe estaba dentro. Iba en pijama, su pelo estaba alborotado encima de la cabeza y tenía cara de sueño y de algo de tristeza. Se me acercó bastante y yo me tuve que separar un poco. Su presencia me ponía nerviosa y más desde tan cerca como estaba en un primer momento. El amigo de mi hermano mayor, el único chico que siempre había amado por como era conmigo, ahora me miraba medio cabreado.
Cuando Billie me habló noté la dureza de sus palabras en mi mente. Intenté que no me hicieran daño. Y en el momento en el cual cerró la puerta de mi pieza dejándome sola me sentí morir. Me tube que sentar y esforzarme por no romper a llorar. Las palabras del cantante retumbaron en mi cabeza, una y otra vez.
- ¿Has venido con él? -me había preguntado bastante frío.
- Sí. ¿Te importa?
- No, estoy con Christina, ya no me importas.
Yo me había quedado en silencio llena de rabia, sus ojos verdes también habían mostrado rabia en su interior. Me había retenido todo el tiempo que estuvo en mi cuarto, y cuando se había ido lo solté gritando con todas mis fuerzas:
- I don't care if you don't care!
A continuación, antes de que mis lágrimas afloraran de mis ojos, David irrumpió en el cuarto abrazándome con fuerza.
- ¿Qué te ha dicho? -preguntó con dureza en la voz.
- Es un imbécil -repliqué sonándome.
David me abrazó con más fuerza aún.
- No llores -y me secó las lágrimas -. Una cara tan bonita como la tuya no merece ser emborronada con lágrimas -bufé por lo de mi cara bonita -. Cojamos tus cosas y salgamos de aquí.
Asentí levemente y le besé con ternura en los labios antes de levantarme en dirección a mi armario. Vi que mi diario volvía a estar en su lugar. Algo me impulsó a abrirlo por la última página; alguien había escrito algo en ella. Se me cayó el cuaderno verde al suelo y me sentí desvanecer. David lo cogió del piso, leyó lo que yo había leído momentos antes. Sus ojos se abrieron como platos.
- Andrea, ¿esto quién lo ha puesto? -preguntó con voz queda. No contesté -. And, ¿sabes quién ha podido escribir: Como no hagas algo te quedarás sin él? Dímelo, ¿es Jessica?
Le miré a los ojos sin ningún tipo de expresión en mi rostro, seguía en estado de shock. No podía ser demasiada coincidencia que el diaro me desapareciera el día que Jessica y Mike comenzaron a salir juntos, con que ahora descubriera que alguien me había escrito eso. Estaba segura de que con Él se referían a mi hermano, Mike.
David interpretó mi silencio como un sí rotundo.
- Es cierto que Jessica dijo que se iba a acostar con mi hermano para conseguir separarnos. También es cierto que justo desapareció el diario el día en el que Mike se la folló. Y sí, creo que con lo de él se refiera a mi hermanastro. Pero no tengo ninguna prueba en la que basarme para afirmar que fue ella quien ha escrito eso.
- ¿Entonces quién si no? -preguntó.
- No lo sé. Pero puede que quien haya escrito eso vaya con nosotros, e intenta ayudarnos. Solo queda esperar a que mande más mensajes.
- Vale.
- Sigamos recogiendo y olvidémonos de esto -le pedí.
- De acuerdo.
Cogí todo lo necesario, y me coloqué a Scattie a la espalda mientras Dave cogía mis otras cosas.
Chapter 11.
Volvía a ser lunes, y seguía en casa de David. Se acercaban las vacaciones de Navidad y ya había ganas de que llegaran, iban a ser las primeras vacaciones que no celebraría con mis padres, y la primera solo con Mike. Y ahora que lo pensaba iba a ser la primera Navidad que pasara con David...
- ¿Te quieres vestir? -preguntó -. Viéndote así...
- Hey... Siento que me veas en sujetador y bragas, pero no encuentro mi pantalón.
Miré a mi alrededor, el desorden que había en el cuarto era impresionante. Cogí unos boxers negros y los levanté en el aire.
- Con tus cosas por en medio es imposible encontrar algo -repuse mirando a todas partes.
- Toma los míos -contestó David sacándoselos y tendiéndolos delante mía.
- ¿En serio?
- Claro, no te quedaran mal. Yo me pongo otros, y ya buscaremos los tuyos.
- Vale.
Me los coloqué y él los otros, y nos fuimos hacia clase. Cuando llegamos al Pinolle Valley vimos a Liam y a Rose en la entrada. El chico hizo ademán de venir hacia nosotros, pero su novia lo retuvo. Liam se encogió de hombros y siguió a Rose dentro del instituto.
- ¿Estás bien? -le pregunté a David, se había puesto tenso -. Ya verás como dentro de poco te perdona. No podrá estar sin hablarte por mucho tiempo más.
- ¿Tú crees?
- Lo sé. Te quiere mucho... se nota.
- Ojalá tengas razón -contestó él -. Bueno, aquí nos separamos, nos vemos en artístico.
- Te adoro.
- Yo a tí.
Nos besamos en señal de despedida durante más de veinte segundos. De seguro nos estaba mirando todo el instituto, no nos importaba. Cuando nos separamos vi que mis amigas, Mike, John y Billie nos observaban. Y luego como Billie se iba hacia Christina, me dolió bastante pero supe disimularlo.
El día escolar se me pasó lento, y más los últimos minutos. Las dos menos cuarto, veinte minutos para el final: no me estoy empanando de nada... Más de quince minutos: creo que todo el mundo se ha enterado que estoy saliendo con David. Menos cinco, ya queda menos de diez minutos: tendré que cortarme las uñas, puedo sacarle un ojo a cualquiera. Las dos en punto: Billie me está mirando... Menos de un minuto: David me coge la mano y Bill quita la mirada. El timbre toca y yo recojo el estuche de los ramones y el abrigo.
Con Dave salimos hacia mi casa, ya que ni Mike ni Billie estaban allí porque se encontraban muy ocupados con sus novias... David y yo no sabíamos qué hacer, así que pasamos directamente a la acción. Mi novio me besaba con desesperación y noté como me quitaba la chaqueta de un tirón e intentaba quitarme los botones de la blusa, yo le separé un poco de mí, se quedó quieto y sin saber qué decir. Yo fui quien rompió el incómodo silencio.
- No creo que se una buena idea... Lo siento.
- No pasa nada. Te entiendo -me dijo besándome suavemente.
- Dave, me encanta estar contigo, te amo y mucho, pero creo que no es el momento, tendremos tiempo de esto en otro día, ¿vale?
- Claro, Andie. Como te dije el otro día, lo haremos cuando estés preparada -contestó sonriendo.
- ¿Tú y Helen lo hicistéis? -pregunté algo cortada.
De nuevo silencio...
- No. Eso es lo que quería ella, pero no... ¿pues?
- Solo quería saber si era raro que yo te niegue esto...
- Suelo negarme yo siempre. Así que no te preocupes, ¿vale?
Asentí y el sonrió. Me encantaba cuando lo hacía. Se le veía tan hermoso cuando sonreía de esa forma que daban ganas de comértelo a besos... Suspiré. No entendía cómo una chica como yo estaba saliendo con alguien como David. Yo, que lo único bonito que tenía eran los ojos color miel tirando a negro... Y él que era perfecto lo miraras por donde lo miraras... Me pregunté si él me veía como yo le veía a él... Definitivamente, no. Pero supongo que algo debería haberme visto para acabar saliendo conmigo como lo estaba haciendo en este momento. ¿Pero, el qué? Eso no lo sabía...
- Dave -le llamé.
- Hum...
- Te quiero mucho.
- Yo a tí también.
Estábamos tumbados en mi cama, yo con la cabeza apoyada en su estómago. David me tenía cogida de la mano derecha, y él con su otra mano acariciaba y revolvía mi pelo con cariño y cuidado. Me encantaba esa sensación de tranquilidad y bien estar que tenía cuando estaba así, de esa forma, con David. Era la mejor sensación del mundo.
Chapter 12.
Lo que más me afectaba era el hecho de dejar sola a mi hermana con Billie al haber aceptado a ir con Jessica y su familia a los Ángeles, ya que David también se había ido con sus padres a Canadá a ver a sus tíos, y Christina, la nueva novia de Billie, otro poco de lo mismo. Me preocupaba dejar a mi hermana sola ante sus sentimientos hacia mi mejor amigo durante más de una semana.
- ¿Te pasa algo? -preguntó mi novia.
- Lo siento, estaba pensando en mi hermana.
- Solo piensas en ella. Ya es mayorcita.
- No empieces de nuevo, Jess -le pedí sin levantar la voz un pelo -. Sólo te he contestado a tu pregunta. Nada más.
- De acuerdo, cariño -dijo besándome.
Fue un beso de lo más extraño, no le di demasiada importancia y seguí observando el mar azul que teníamos delante. El mar... Mar. Me acordé de la amiga de mi hermana, ella sí que parecía una persona interesante... ¿Por qué no me había dado cuenta de que ella existía antes de comenzar a salir con Jessica? ¿Por qué tenía que ser ahora? ¡Mierda! Estaba con la chica equivocada... Me despedí de Jessica y me fui a dar una vuelta... Necesitaba pensar más tranquilo y no al lado de distracciones como lo era Jessica.
Nunca me había pasado eso con nadie, nunca. Era una cosa desconocida para mí. ¿Qué me pasaba? Había pensado que Jessica era la chica de mi vida y ahora me había dado cuenta de que no estaba enamorado de ella... que solo estaba obsesionado... Ahora, ¿qué debía hacer?
Entré a una cafetería y pedí un café bien cargado y con un poco de ¿¿whiskey?? Creo que sí... Tenía memoria pez... (Olvidenlo). Necesitaba algo con lo que poder entaponar mi mente por unas cuantas horas... no quería pensar en nada acerca de Mar y Jessica y lo conseguí a duras penas. Cuando acabé el café me pedí uno solo... es decir solo whiskey. Estuve más o menos dos horas ahí metido, y a la que salí del bar casi ni me mantenía en pie, demasiados whiskeis. Me daba igual, al menos había conseguido no pensar en mi novia y la amiga de mi hermanastra.
Llegué al hotel donde Jessica y yo estábamos alojados con sus padres a duras penas, vamos dando tumbos... Pero al menos llegué, eso sí, perdiéndome varias veces por el camino, pero había llegado vivo. Cuando mi novia me vio llegar se me puso a gritar como una loca qué mierda hacía.
- Lo que me da la puta gana -le contesté gritando por encima de su voz chillona.
- A mí no me hablas así -repuso Jessica con odio en sus ojos y en su voz.
- Te hablo como me sale de la punta de la...
- FUERA, Mike. Estás borracho.
- No me digas -le dije sarcásticamente -. Sabía que no debería a ver venido aquí... Tranquila Jessica que me voy, pero para siempre -seguí gritándole -. Te dejo.
Salí del hotel pegando un fuerte portazo, no había traído casi ropa, y no pensaba volver a entrar a por ella así que me tragué mi orgullo y salí por piernas a la calle. Debía de haberme quedado, aunque solo fuera para poder volver a casa en condiciones y no tener que ir por allí pidiendo que alguien me lleve, pero ya lo había hecho yo solito, esto es lo que se conseguía adelantando tanto las cosas... Tenía que haberme quedado -me dije a mí mismo una y otra vez cuando caminaba dirección a la estación de autobuses de la ciudad. Cogí ticket para el primer autocar que salía para Berkeley, a las siete de la mañana de ese día. Aún quedaban más de siete horas para que saliera así que me tomé una tónica para que se me bajara un poco la borrachera, no quería montar un lío en el autobús con nadie, me conocía demasiado y no pensaba correr riesgos. No sé como mierda pude pensar eso con la cabeza doliéndome jodidamente, pero al menos la borrachera no me había quitado la poca cordura que no me había quitado en el hotel con Jessica.
La tónica comenzó a hacer efecto en seguida, y me dieron ganas de vomitar así que corrí al baño más cercano, estaba petado de gente, así que me tuve que ir al baño de las chicas, que para mi tranquilidad estaba vacío. Desalojé todo el alcohol que tenía en mi cuerpo en la taza del retrete que holía a muerto -el retrete, aunque mi aliento no olía mucho mejor-. Cuando ya todo estaba en la taza tiré de la cadena, y rezando porque nadie estuviera afuera esperando salí al exterior del compartimento.
Las otras tres horas que faltaban para que mi autobús saliera se me pasaron leyendo una revista de tecnología, lo que iba a avanzar el mundo tan rápido... Cuando me monté en mi asiento correspondiente en el vehículo suspiré tranquilo, ya volvía a casa, había cortado con Jessica y todavía no sabía lo que pensaba hacer en cuanto a lo de Mariana se trataba... Podía pensarlo durante todo el viaje...
Chapter 13.
Volvía a quedarme sola con Billie Joe en casa, mi novio se había ido a Canadá con su familia y Mike también se había marchado con Jessica. Para colmo había vuelto a aparecer una nota en mi diario, ésta decía: lo está consiguiendo, yo que tú andaría con cuidado. Con esa nueva nota supuse que estaba de mi lado, pero quién era no lo sabía...
Ahora era de noche, y Billie y yo estábamos cenando juntos sin dirigirnos la palabra hasta hace unos minutos que hemos comenzando una extraña discusión sobre Christina y David.
- ¡¿No te estás dando cuenta de que te está usando?! -preguntó él gritándome.
- ¡¿Y te crees que Christina no?! ¡Ella es una puta, Billie! ¡Una PUTA!
Noté la mano del guitarrista en mi cara. Las lágrimas llegaron a mis ojos. Me había hecho daño. No solo en lo que se refería a daño físico, si no también en lo que trataba de daño sentimental, me había pegado...
Lo miré con odio y me fui de él hacia mi pieza. Billie Joe me siguió a donde yo iba pidiéndome que me esperara.
- ¡Déjame! -le grité una vez en mi cuarto -. Te has pasado.
- ¡Has llamado puta a mi novia! -volvió a gritar él.
- ¡Es que eso es lo que es!
Me acerqué peligrosamente a él. Tanto mis ojos como los de él mostraban odio, un inmenso odio compartido.
- ¡Tu novia es un...!
No me dejó terminar y me dio, más bien me robó, un beso con furia, me dejó sin aliento. Lo miré más cabreada aún por lo que acababa de hacer sin mi permiso. Y luego me retó verbalmente.
- Sé que te ha gustado -comenzó.
- No.
- Venga... Bésame de nuevo tú ahora.
- No.
- ¡Bésame! -gritó -. Ahora...
- ¡NO!
- HÁZLO.
Sin pensármelo dos veces me abalancé a su boca y le besé con odio, con rabia y con necesidad. Cerré los ojos con fuerza y seguí comiéndole los labios. Él no paró tampoco, me siguió en el beso también con furia. Nos abrazamos cada ve más y más, acabando por caernos en mi cama.
Billie Joe siguió besándome pasando a jugar con mi lengua. Yo le tironeaba del pelo una y otra vez sin parar. Después de estar unos minutos así el guitarrista pasó a la acción quitándome la camiseta de los ramones y tirándola al piso.
Era algo extraño estar haciéndolo con Billie después de que a David no le dejara tiempo atrás, era como si hubiera estado esperando el momento de hacerlo primero con Billie Joe, como si hubiera estado esperando sin saberlo a que el destino me pusiera al guitarrista en bandeja. El caso es que mientras estuve con Billie se me olvidó por completo que estaba saliendo con David y no con él, y que Billie tenía novia... No me importaba nada de eso porque estaba con el hombre que más amaba en el mundo...
No sé cuanto tiempo estuvimos, solo sé que se pasó demasiado rápido para mí...
A la mañana siguiente cuando abrí los ojos al despertarme casi me da un infarto... Mi hermano Mike me observaba con una cara de difícil descripción, entre mosqueado y con sueño. Un escalofrío recorrió mi espalda cuando me dijo que teníamos que hablar. Me levanté con cuidado de no despertar a Billie Joe que todavía dormía, y me vestí con ese mismo cuidado anterior. Salí a la cocina con miedo, pensando que mi hermano quería hablar de lo que ocurrió la noche anterior con Billie Joe, o cualquier cosa peor. Cuando entré por la puerta vi que estaba apoyado en la mesa donde solíamos comer, todavía no había quitado su cara de enfado-sueño. Lo miré sin entender qué era lo que quería decirme, como si no supiera de antemano lo que me iba a decir... Pero cuando en lugar de lo que yo había pensado que me diría, me habló sobre lo pasado la noche anterior con su novia, mis temblores dejaron de recorrerme el cuerpo y las piernas, y suspiré más animada que nunca, por fin se había deshecho de la tipa esa que tanto odiaba yo.
Capítulo 14.
Como me había pedido Mike le di la dirección de casa de Mar y el teléfono, me daba igual lo que hicieran o lo que tuviera pensado mi hermano hacer con ella, con tal de que no se pasaran, o eso es lo que yo pensaba antes de que ocurriera nada entre ellos...
Me despedí de Mike algo cabreada con Billie Joe ya que no me había comentado nada acerca de lo pasado la noche anterior y porque encima se había ido a casa de Christina sin abrir la boca en toda la comida... De todos modos me fui a casa de David para hablar con él sobre el asunto Billie Joe. Debía sincerarme con mi novio o si no explotaría, David debía saber la verdad, y no se la iba a negar.
Llegué a su casa y toqué el timbre, mi novio me abrió sonriendo, me besó cálidamente y me dejó pasar. No había rastro ni de sus padres ni de su hermana mayor y su marido, como de costumbre.
Subimos al cuarto de David, que milagrosamente estaba ordenado. Nos sentamos en su cama. Yo lo notaba extraño, como más relajado que nunca, pero no le di demasiada importancia en un primer momento. A continuación, me acarició el pelo enroyando su mano una y otra vez, las ganas de contarle todo se me pasaron de repente, ahora solo quería besarle. Dejé que esa sensación de deseo actuara con fuerza, y que controlara mis movimientos. Nos besamos, pero no fue un beso normal, fue mucho más que eso, fue un morreo en toda regla...
Recordé que Billie Joe después de acostarse conmigo no me había dicho nada, y que solo había corrido a los brazos de la zorra de Christina. Y eso solo hizo que deseara con más fuerza acostarme con David. Yo besaba, acariciaba y tocaba a mi novio pensando en Billie Joe, imaginándome la cara del chico cuando viera que a pesar del engaño, David y yo nos seguíamos amando como si nada hubiera pasado.
Le arranqué la camiseta a David de un tirón, y la tiré lejos con furia y, a continuación, le llevé sus manos a los botones de mi blusa. David me observó parado y pensativo, como dudando si esto era lo correcto... Me separé de él produciendo un sonido como de ventosa y le observé la expresión que sus ojos tenían con detenimiento, parecía confuso, y yo, la verdad, es que también lo estaba, y bastante, por cierto. Aún así yo seguía pensando que acostarnos era la mejor solución a nuestros problemas de pareja, a pesar de que yo llevaba más de media vida intentando que esto nunca ocurriera entre nosotros... Y, ¿qué decir? La verdad es que no sabía qué era lo que me estaba ocurriendo en mi interior. David desvió la dirección de mis pensamientos hablándome con voz muy preocupada y tomada:
- ¿Estás segura de esto? -preguntó todavía sin quitar sus manos de mis pechos.
- Sí.
- Como quieras.
- Quiero hacerlo porque te amo más que a nada en el mundo -mentira. Quería hacerlo porque mi cuerpo me lo pedía, pero aún así no se lo dije.
Después de ese momento de confusión, volvimos a besarnos como lo estábamos haciendo antes, David siguió desabrochándome los botones esta vez más convencido de lo que estábamos haciendo, confiado de la mentira que le había soltado aún mirándole profundamente a los ojos. Noté los labios de mi novio en mi cuello y eso me hizo derretirme y que le mordiera el labio inferior. Continuamos quitándonos la ropa con rápidez como si tuviéramos prisa por llegar ya a la acción. Una vez desnudos del todo David comenzó a acariciarme tanto por el exterior como por el interior, me hacía cosquillas en la espalda y me producía placer dentro de mí. No fue como con Billie Joe, esta vez no era el sexo salvaje y lleno de odio que el de la noche anterior, no, esta vez era mucho más, era deseado por las dos partes, cada uno a nuestra manera, pero deseado por las dos partes de todos modos, David me amaba, y yo solo me lo estaba tirando para saber con quien de los dos hombres debía quedarme. Sonará estúpido y ridículo, pero yo en ese momento era estúpida y ridícula como mis razones para hacer lo que estábamos haciendo. Con David dentro de mí era diferente, me hacía sentir lo mismo que Billie pero multiplicado por tres, era mucho más que placer, era auténtica excitación. uando expulsé todo eso por la boca me di cuenta de que en realidad sí que amaba a David, lo amaba por todo lo que había hecho por mí estas semanas que llevábamos saliendo, por como se había comportado conmigo, por haber esperado a hacer el amor conmigo hasta que yo no había estado segura de ello, y sobre todo lo amaba porque me comprendía, me apoyaba y me había hecho confiar en mí misma. Nunca se lo había contado, y no había hecho falta, ahora ya lo sabía, lo sabía porque estaba haciéndome el amor, porque le estaba entregando todo lo que él me había entregado solamente saliendo conmigo, al cuerno Billie Joe, al cuerno el desear que deje a Christina por mí, porque yo misma sabía que eso no iba a ocurrir nunca, a la m.ierda todo lo pasado con el cantante... Todo a la m.ierda por estar con el hombre que en verdad me amaba más que a nada en el mundo: David Finn.
Separé mis labios de los suyos solamente para decirle al oído que siguiera ejerciendo presión, que siguiera haciéndome sentir esa excitación y placer que solo él sabía provocarme en mi interior, le pedí que siguiera recorriéndome por dentro y, sin saberlo muy bien, le estaba diciendo que siguiera haciendo lo que estaba creando en mi interior...No noté nada, solamente el aliento de mi novio en mi oído, y luego como su peso se iba hacia el otro lado y se quitaba de encima mío, a continuación, abracé a David con cariño besándole todavía en los labios, y así sin más nos quedamos dormidos... Era la segunda noche que no cenaba del todo (aunque esta vez no había cenado de ningún modo), y la segunda noche que me dormía en brazos de alguien después de haber hecho el amor... Pero era la primera noche y vez que algo estaba creciendo en mi interior sin haberlo pretendido...
Chapter 15.
Hacía como dos horas de que mi hermana se hubiera ido a hablar con su novio, no me quiso decir a qué iba exactamente, pero tampoco hacía demasiada falta, por la cara que había puesto de medio confusión al salir por la puerta de la casa me di por enterado, pensaba hablarle acerca de lo que había hecho la noche anterior con mi mejor amigo y, seguramente, cortar con él para ir con Billie... O al menos eso es lo que pensaba yo ya que sabía que Billie Joe iba a casa de Christina a decirle lo mismo... Billie no volvía, pero de él no me preocupé demasiado ya que era normal que no apareciera por la casa en mucho tiempo seguramente porque iba a ver a su madre y sus hermanos en la otra casa, en cambio mi hermana tardaba mucho... no mucho, estaba tardando muchísimo... intenté tranquilizarme, lo más probable era que las cosas no le hubieran salido como ella pensaba y había acabado volviendo a caer en brazos de él... si eso era cierto, el que ahora sí que me debería de preocupar era mi amigo...
De todas formas no cambié mis planes para con Mar por una simple preocupación acerca de las paranoias de amor del trío que formaban David-Andrea-Billie, y cogí el teléfono y marqué el número de Mar que mi hermanastra me había dado dos horas antes... Me contestaron al segundo toque, no fue ella quien contestó y supuse que era su hermana pequeña por la voz que tenía la otra persona que había al otro lado del aparato, le pregunté si se podía poner su hermana y ella me dijo que sí con una voz bastante chillona... Minutos después la amiga de Andrea se puso al auricular, cuando le pregunté si podía venir a mi casa lo hice con voz temblorosa, no sabía por qué me había temblado pero lo había hecho y eso me puso más nervioso aún, los nervios me apretaban el estómago contra los huesos, para mi alivio la conversación no duró mucho más... Quedamos en casa una hora más tarde...
Justo como habíamos quedado Mar llegó a mi casa, abrí la puerta algo más tranquilo que antes cuando hablé con ella por teléfono, los tres kilos de calmantes habían hecho su efecto, la invité a entrar y ella hizo lo propio quitándose los restos de nieve que se le habían quedado en el pelo y en la ropa, y deshaciéndose de sus guantes se sentó en el sofá negro que teníamos en el salón, yo me senté a su lado. Aunque los nervios se me habían pasado gracias a los calmantes mis manos comenzaron a sudar como nunca antes lo habían hecho. Mariana me miró sin saber muy bien qué decir, y la verdad es que yo tampoco sabía muy bien como comenzar a decirle lo que me moría por decirle. Sus ojos marrones, como los de mi hermana, se posaron en los míos causándome un sentimiento muy especial en mi estómago... sí, las típicas mariposas... Tragué saliva y comencé a hablar:
- Mar, yo... -fue muy rápido y no lo ví venir. Para cuando quise darme cuenta Mariana ya me estaba besando.
El caso es que lo que pasó después prefiero ahorrármelo... ya saben, soy un poco tímido...
El día después de haberme acostado con David volví a casa con una sensación extraña, era como de alegría mezclada con pena, alegría porque había vuelto a ver a mi novio después de las navidades y porque acababa de comenzar el año nuevo, y pena porque todo se había acabado con Billie Joe... Fue bonito mientras duró, pero ya se acabó para siempre. Cuando llegué a mi casa me paré en seco al notar que había alguien más en ella a parte de mi hermano, y no, no era Billie Joe, era una chica... ¿Qué por qué lo sabía? Muy fácil porque había un sujetador y unas bragas, a la vez que la ropa de mi hermano y sus boxers, tirados en el suelo... Los recogí con rabia en mi cuerpo y seguí recogiendo el resto de la ropa de chica que estaba desperdigada por todo el maldito piso, llegué al cuarto de Mike al cabo de unos tres minutos, la puerta de madera estaba entre abierta y allá en la cama de mi hermanastro había dos personas, Mike y Mariana mi mejor amiga... Mi reacción no fue como había pensado que iba a ser el día anterior, no me lo tomé con calma y como algo bueno, si no que me lo tomé todo al contrario, la rabia que antes había sentido en el pasillo al ver la ropa en el suelo se hizo más fuerte en la boca de mi garganta y a causa del grito que pegué desperté a mi hermano y a mi mejor amiga... Comencé a llarmarles de todo, y una vez me hube descargado completamente salí de la casa pegando un gran portazo, y corriendo llegué hasta la plaza donde me había besado por primera vez mi novio,allí conseguí que la rabia se disipara del todo...
Los meses pasaron y mi estómago cada vez estaba peor, vómitaba cada dos por tres y eso solo quería decir una cosa... Así que decidí ir a una clínica para que me dijeran si estaba en lo cierto o no. No fui sola, Rachel vino conmigo, era la única que me había pillado vomitando en los baños del colegio y se lo había dicho enseguida, ella me aconsejó que se lo dijera a David y que llamara también a Mar para tener a alguien más en quien apoyarme, pero a mí novio no se lo quería decir ya que no sabía exáctamente si el hijo/a era suyo o si estaba embarazada o no, y con Mar seguía sin hablarme desde que le había encontrado en la cama con mi hermano, además de que ambos habían desaparecido sin dejar rastro y estaba sola en casa con Billie Joe... A Billie Joe... Él tampoco sabía nada, no quería contárselo porque no creía que le importara demasiado, a parte de que ahora estaba saliendo con otra chica que en verdad sí que parecía buena persona, no como acabó siendo Christina.
Ya me había hecho las pruebas necesarias y estaba esperando con Rachel en la sala de espera hasta que el médico llegó y me mandó a que entrara en uno de los salones y me sentara en una silla delante de su mesa. No me gustaba nada la cara que ponía, era como de alegría, así que eso solo quería decir una única cosa...Antes de que pudiera pensarla completamente el Sr. Greene comenzó a anunciármelo despacio para que no me diera nada al recibir la gran noticia:
- Señorita Pritchard, está usted embarazada -dijo y yo lo único que pude hacer fue echarme a llorar en el hombro de mi mejor amiga Rachel.
Ahora mismo estaba con David y estaba apunto de contarle la verdad acerca de lo que me llevaba pasando hacía unas cuantas semanas atrás, puesto que cuando él me veía mal y me preguntaba qué era lo que me pasaba yo le contestaba con evasivas... Así que había decidido que debía saberlo, debía saber que posiblemente podía estar embarazada de él o de Billie, quién sabía... Lo había hecho con los dos tan de seguido que no había manera de poder saber quién era el padre de verdad hasta que el bebé no hubiera nacido y crecido un poco...
Chapter 16.
Esa mañana estaba como distraído, como pensando en sus cosas. Lo ví por los pasillos del colegio pero él no parecía verme a mí, y eso me preocupó bastante, nunca antes se había comportado de igual forma, y no entendía qué era lo que le podía estar pasando. Hubo un momento en el que no aguanté más esa situación, cuando subí las escaleras del intituto con Rachel delante de mí justo él bajaba para ir a su salón, iba mirando al piso, se le notaba en la manera de mirar que estaba triste, le paré haciéndole separarse de uno de sus amigos heavies, y que me contara lo qué pasaba.
- No me digas que no es nada porque no cuela -le dije a mi novio sin levantar a penas la voz.
- Te noto como ausente después de que tú y yo... ya sabes... Estoy así porque tengo miedo a perderte -comentó medio llorando.
- No me vas a perder, así que alegra esa cara. Hazlo por mí.
Sonrió forzado. Yo no aguanté más verle así, tenía que hacer algo para que me creyera de verdad. Pero no sabía el qué.
Por un impulso me acerqué a él y le besé levemente y luego poniendo mucho pasión a la vez. Necesitaba ese beso más que nada en el mundo, los dos habíamos necesitado demasiado tiempo atrás que no fue del todo suficiente.
- ¿Nos saltamos la clase? Total, no vamos a llegar de todas formas -preguntó con los ojos brillándole intensamente, no pude decirle que no.
David me cogió de la mano y nos fuimos a mi casa. No había nadie, Billie estaba con su nueva novia, y Mike hacía unos cuantos días que había desaparecido con Mar, solo había dejado una nota diciendo que se iban a San Diego y que probablemente no volverían en mucho tiempo. Yo todavía no había aceptado la relación de mi mejor amiga con mi hermanastro, aunque había pensado que no me iba a molestar demasiado... No me pregunten por qué, ya que ni yo misma lo sé...
Estábamos en mi pieza y David me besaba con necesidad como pasó el día de año nuevo, notaba como sus manos recorrían mi cuerpo todo el rato y como su cuerpo buscaba mi calor. En ese momento en que se dispuso a quitarme la chaqueta yo le paré respirando entrecortadamente, de repente me acordé de que estaba embarazada. Mi novio me observó sin entender una mierda de por qué le había separado tan bruscamente de mí.
- He de contarte algo -le dije sentándome sobre mis rodillas -. No sé cómo ni por qué pero estoy embarazada.
No dijo nada. Solamente se me quedó mirando con la boca abierta. Le estaba costando asimilar la noticia.
- Di algo.
- ¿Es mío? -fue lo único que le salió.
- ¿De quién si no?
- Claro... ¿Qué vamos a hacer?
- ¿Cómo? -no había entendido la pregunta.
- Ahora que estás embarazada, ¿cómo lo vamos a decir? ¿Qué vamos a hacer?
- Yo había pensado en... -me callé, tragué saliva y luego continué -, irnos de aquí juntos... Comenzar una nueva vida. Soy menor, tú cumples los dienueve la semana que viene y yo dentro de dos, dieciocho... Yo no quiero que todo Rodeo se entere de que estoy preñada, no sé tú, pero yo quiero alejarme de aquí...
- ¿Quieres que nos casemos?
Le miré como él me había mirado a mí cuando le conté la noticia, ¿casarnos? ¿A penas le acababa de decir que íbamos a tener un hijo, y él ya me estaba pidiendo matrimonio? Qué rápido estaba pasando todo esto, y eso que no sabía si el hijo era de uno o de otro...
- Yo te quiero, vamos a tener un hijo juntos, vamos a comenzar una nueva vida, creo que sólo nos queda casarnos -comentó él acabando la frase dándome un beso.
- Yo también te quiero.
- Entonces, ¿eso es un sí?
- Por supuesto -le volví a besar, una y otra vez, sin intención de pasar.
Esa mediodía volvímos a acostarnos juntos, con más cuidado, aunque sabíamos que no importaba mucho mi embarazo.
Lo siguiente también pasó demasiado deprisa, ni siquiera hicimos la maleta, nos fuimos con lo puesto, los padres de David sabían que nos íbamos y que yo estaba embarazada, pero sólo se lo dijimos a ellos, ellos eran los que nos íban a dar dinero todos los meses hasta que encontraramos un trabajo después de que naciera el bebé, no hicimos la maleta por la simple razón de que queríamos que las personas de Rodeo pensaran que nos habíamos escapado de casa, cogimos el coche del Señor Finn y nos fuimos a Los Ángeles, a la casa que tenían allí los padres de mi novio. Ni Billie ni Mike ni nadie de mi entorno sabían donde estábamos, solo habíamos dejado una nota diciendo que nos íbamos y que nadie nos buscara... Unos meses después nació el bebé, por cierto es una niña...
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